Inglaterra ganó a Ucrania por la mínima y, aprovechándose de la derrota de Francia frente a Suecia, se clasificó para los cuartos de final de esta Eurocopa como primera de grupo. Un premio excesivo para una selección inglesa que se impuso a Ucrania sin alardes y aprovechándose tanto de la escasa definición ucraniana como de la actuación del colegiado del encuentro, Viktor Kassai. El árbitro húngaro no validó un gol legal de Devic en el minuto 61 (despistado por la actuación de un Terry que despejó el balón pero cuando éste se encontraba dentro de la portería) y con ello frenó las aspiraciones de un combinado combativo, que vendió muy cara su piel.

El máximo pecado de Ucrania fue errar tanto en un primer tiempo en el que dominaron y en el que echaron en falta a Andriy Shevchenko, que no pudo salir de inicio por unas molestias en su rodilla. Puede que con el delantero del Dinamo de Kiev sobre el tapiz, no se hubieran errado las oportunidades que desaprovecharon Yarmolenko, Konoplyanka, Gusev o Milevskiy. Futbolistas peligrosos y con clase pero demasiado erráticos ante Hart y ante la portentosa defensa inglesa, siempre precisa y bien posicionada. Y es que defender fue lo que mejor hicieron los ingleses en una primera mitad en la que regalaron el balón a Ucrania y en la que Rooney desapareció, sumido en su batalla personal con el inapelable Rakitskiy, quien ejerció sobre él un contundente marcaje individual.

El delantero del Manchester United, sin embargo, supo librarse de su compañero de baile en el momento más oportuno, recién iniciada la segunda mitad del encuentro. Fue entonces cuando a Piatov se le escapó el balón lanzado por Gerrard desde la banda derecha y cuando Rooney, de cabeza, no perdonó. Corría el minuto 47 y en una jugada sin demasiada historia, Inglaterra marcaba el 1-0 que, a la postre, resultó ser definitivo.

Tras el tanto, Ucrania bajó, desmoralizada, el pistón y cuando reaccionó, en el minuto 61, Kassai le cortó las alas. Fue un castigo demasiado duro para una selección ucraniana valiente, a la que tampoco reavivó Andriy Shevchenko cuando entró en el terreno de juego, en el minuto 69. Habían sido demasiados golpes para una Ucrania que, eso sí, murió de pie.