Un cabezazo de Mario Gómez en el minuto 71, tras un buen centro desde la derecha de Thomas Müller, posibilitó el triunfo por la mínima de Alemania frente a Portugal. La victoria permite a Alemania compartir el liderato del grupo B con la sorprendente Dinamarca (que, por su parte, ganó a Holanda) aunque no es sinónimo de brillo o buen juego por parte de La Mannschaft. La selección germana defraudó en su primer partido y no desplegó el poderío que exhibió, por ejemplo, en una fase de clasificación en la que consiguió, de manera arrolladora, diez victorias en diez encuentros.

A los jugadores de Joachim Löw les faltó una velocidad más y, sobre todo, una ambición ofensiva de la que también adoleció Portugal. Tanto lusos como germanos apostaron por la solidez defensiva como receta y descuidaron la vertiente atacante para aumentar el control desde el medio campo. La situación generó un fútbol rígido y prácticamente sin ocasiones. Basta decir que el bagaje ofensivo alemán durante el primer tiempo se resumió en dos disparos de Podolski y Mario Gómez y que Portugal, por su parte, sólo se acercó con peligro a la portería de Manuel Neuer al borde del descanso. La oportunidad lusa, eso sí, fue más clara que las dos alemanas, puesto que Pepe estrelló en el larguero su contundente disparo.

Durante el segundo tiempo, tanto alemanes como portugueses se mostraron más predispuestos a buscar la portería contraria aunque sin grandes alardes. Tras el gol de Mario Gómez, eso sí, el combinado luso estrelló otro balón al palo, esta vez previo disparo de Nani (minuto 84), y derrochó la energía y la predisposición ofensiva de la que había adolecido, prácticamente, durante todo el partido. Finalmente, sin embargo, los lusos no encontraron el premio buscado y de la batalla acabó saliendo victoriosa la Alemania de Joachim Löw.

Una Alemania que, por cierto, encontró en Jerome Boateng al antídoto perfecto a Cristiano Ronaldo. El defensa del Bayern de Múnich supo contrarrestar todas las internadas del extremo luso y éste acabó agotado por la presión y la desesperación. Nuevamente, Portugal no encontró en él al líder que esperaba aunque también es cierto que el rendimiento conjunto del combinado luso no fue inferior al alemán. De hecho, la única diferencia entre un equipo y otro tiene nombre y apellidos: Mario Gómez.