El Real Oviedo regresa de Tenerife con un punto de oro tras haber empatado en el Heliodoro Rodríguez López. Los azules, ayer verdinegros, rescataron un partido que estaba perdido cuando Cervero anotó a falta de 7 minutos para el final en la única acción de peligro sobre la portería de Sergio Aragoneses y tras haber completado Dani Barrio un espectacular choque, solo empañado por el error del guardameta carbayón en el gol previo de Suso.

Tras una semana llena de dudas después del empate 'in extremis' del Guijuelo en el Carlos Tartiere y con la tan comentada rueda de prensa de Félix Sarriugarte del pasado viernes, el Oviedo acudía al inexpugnable feudo del Tenerife. El líder del grupo tampoco acudía repleto de confianza al encuentro tras haber sufrido el domingo anterior, en Mareo, ante el Sporting B, su primera derrota de la temporada.

El técnico local, Álvaro Cervera, realizó algunos retoques en el once, mucho más evidentes en el equipo azul. Sarriugarte optó por introducir tres pivotes, Aitor, Pascual y Cerrajería, y dió entrada como titulares a los ausentes en anteriores ocasiones por lesión Casares y Baquero. La entrada del central andaluz hizo desplazar al lateral diestro a David Fernández y mantener a Álvaro Cuello en la izquierda. Aunque la mayor novedad estuvo en la punta de ataque, Óscar Martínez ocupó el puesto de delantero centro.

La salida de ambos equipos al choque fue intensa. El apelativo de duelo de históricos en una categoría que no les corresponde no fue solo una frase hecha. Aunque el Tenerife salió con mayor impetu fue el Oviedo el que poco a poco se hizo con la manija del encuentro. Parecía que sobre el césped del Heliodoro Rodríguez López los azules despejaban viejos fantasmas del pasado.

Los oviedistas demostraron velocidad, buen toque de balón y gran rigor en el juego gracias a un centradísimo Pascual. Sin embargo, los carbayones volvieron a adolecer de llegada al área rival. Óscar se convirtió en un islote desasistido, Casares e Íker apenas tuvieron capacidad de desborde y a Cerrajería se le volvió a ver perdido jugando como pivote ofensivo.

Los minutos pasaron y la primera mitad llegó a su ocaso sin sobresaltados. Lo único salvable como acción de peligro fue un disparo de Suso en el vértice zurdo del área que atrapó Dani Barrio en dos tiempos.

El paso por el túnel de vestuario sentó, sin lugar a dudas, mucho mejor al cuadro local, pese que a los 8 minutos del arranque se lesionó Luismi Loro, el hombre franquicia del conjunto chicharrero. La ausencia del mediapunta no pasó ninguna factura al equipo de Cervera, que se vino arriba y comenzó a embotellar a los de Sarriugarte. Suso, con el exterior, falló en la jugada siguiente a la lesión de su compañero y supuso el primer aviso.

El entrenador visitante optó por refrescar al equipo con las entradas de Jandro y Cervero, pero el choque siguió por las mismas latitudes. Cristo Martín, en el 18, y Suso, a puerta vacía en el 23, volvieron a avisar del peligro chicharrero. Un gran Dani Barrio empezó a erigirse en el héroe carbayón con paradas de todos los tipos hasta que el cancerbero erró a los 33 minutos.

El Tenerife había colgado un balón al punto de penalti. En el salto con Aridane el balón se le escapó al portero oviedista y tras pasar por varios hombres del ataque local acabó en las botas de Suso. El extremo colocó el balón entre el palo y Mantovani y subía así el 1-0 al electrónico.
Con todo perdido, Sarriugarte dio entrada a Manu Busto en lugar de Pascual. Quizás la entrada del cántabro y la aparición de la lluvia hicieron que el Tenerife comenzase a ahogarse sobre el terreno de juego. Así, en un abrir y cerrar de ojos, Íker Alegre colgó a pierna cambiada un balón al costado derecho. Jandro ganó de cabeza a Llorente y Cervero marcó a placer en el 38 ante la incredulidad local.

La posible reacción y búsqueda de la victoria asturiana fue cortada a dos minutos para el final del partido con la expulsión por doble amarilla de Aitor Sanz. El último susto lo volvieron a dar los locales, cuando Cristo centró un balón desde la derecha que se paseó por el área pequeña sin encontrar rematar. Pasaban tres minutos del tiempo añadido y fue la última jugada de un partido en el que el Oviedo rescató un punto ante el líder.