El Real Avilés se sobrepuso en la Ciudad Deportiva de Getafe para darle la vuelta a un marcador adverso al descanso (0-1) y llevarse tres puntos de oro con los goles firmados por Juan Díaz, de falta directa, y de Geni, de penalti. Jony había adelantado al Getafe B a los seis minutos de partido, pero el filial tuvo que abdicar ante el oficio, saber estar y calidad del equipo de Chiqui de Paz, que tuvo en el canterano Ito, susituto del lesionado Naya al filo del descanso, a su jugador clave. Él forzó las dos faltas de los goles avilesinos en una actuación sobresaliente.
Era un partido harto complicado por los precedentes y por los factores añadidos. El filial del Getafe no había encajado ni un gol en sus cinco partidos anteriores en su campo, y el viento, las propias medidas del terreno de juego, aumentaban las dificultades para llevarse el botín. Pero el Avilés, que tuvo el viento en contra en la primera mitad, supo reponerse al gol encajado, llegar vivo al descanso y golpear en la reanudación cuando las circunstancias cambiaron.
De Paz confirmó sus planes en un equipo inicial con las ausencias de los sancionados Salva y Miguel, por los que entraron Héctor y Gerardo. El canterano, nervioso y afectado por la mala salida del equipo, fue a más con los minutos y despachó un buen partido. El llanisco formó parte del brazo ofensivo del Avilés y volvió a mostrar su clase, convirtiéndose en uno de los jugadores clave. Geni, como el domingo anterior, salió de 'nueve' y Naya a la izquierda. Los tres, junto a Abraham, intercambiaron sus posiciones en muchos momentos.
El Getafe B salió en tromba, con el viento y las ganas a su favor ante un Avilés desubicado y sin encontrar el sitio en el campo. El agobio no tardó en traducirse en peligro y con él en fruto, en gol. Rebollo despejó mal con el pie tras una cesión de Jorge Rodríguez y Jony aprovechó para sorprender a la defensa y clavar un remate con la zurda a pie cambiado y pegado al poste del portero. Fue un golpe que pudo tener peores conecuencias por la insistencia del filial, que botó hasta ocho saques de esquina, varios de ellos consecutivos y con el peligro que eso supone. Por fortuna, Rebollo no se vio afectado por el error anterior y recuperó su seguridad en los lanzamientos madrileños en un asedio que se fue atenuando según pasaban los minutos.
Camino de la media hora el Avilés empezó a dar señales de vida. Borja y Juan se hicieron al fin con el balón y los de arriba ya se mostraban con peligro, tanto Naya como Geni y Abraham. Llegaron los primeros escarceos, los saques de esquina y las opciones de empatar. Boris pudo lograrlo en el minuto 30 al cabecear al larguero un córner botado por Abraham. El gol no llegó, pero el Avilés ya tenía mejor pinta, aunque antes del descanso surgió un contratiempo más: Naya se retiraba del campo con un esguince de tobillo y en su lugar entraba el canterano Ito.
Otro acierto en los cambios
Un cambio valiente, delantero por delantero, y que iba a resultar definitivo para el cambio de escenario. Apenas tuvo minutos para entrar en juego antes del descanso, pero su salida de segundo tiempo le dio alas a su equipo, que tras mantener el tipo salía en la reanudación con un talante más ambicioso. Y convencido de poder dar la vuelta al partido. Así iba a ser.
Apenas cumplido un minuto Ito estuvo a punto de negociar un mano a mano con el meta local y pocos segundos después supo ganar un balón de espaldas a la portería y provocar la entrada del central al que amargó la mañana, Robin. Libre directo y run run entre el medio centenar de aficionados avilesinos. Juan Díaz cogió otra vez su fusil y clavó el balón en la red de un Alberto convertido en estatua. Un golazo marca de la casa.
El Avilés estaba lanzado y no valía el empate. Se fue a por el triunfo. Poco después del gol, Gerardo comenzó su particular exhibición dando clases de coraje para recuperar un balón perdido, jugarlos todos con profundidad y hasta llegar a los remates. Tuvo dos de gol, uno que se le fue alto por centímetros y otro en el que obligó a lucirse al portero getafense. Y Juan, en el córner provocado por su compañero, mandó el balón directamente al larguero, rozando su segundo gol olímpico consecutivo. El gol tenía que llegar y acabaría por hacerlo. El capitán recogió un rechace tras botar otro saque de esquina y casi en la línea de fondo centró con el exterior sobre la posición de Ito en boca de gol. El canterano cabeceó a gol pero Robin tocó el balón con el brazo y la acción le costó la expulsión y un penalti. Naya no estaba, así que Geni fue el encargado de ejecutar un lanzamiento a media altura y a la derecha de Alberto, que se había ido al lado contrario. Se cumplía el minuto 63 y todo estaba a favor del Avilés para sentenciar con el filial desesperado y en inferioridad...
Pero el Getafe vendió cara su piel y aún con un viento que echaba muchos de sus balones atrás, tuvo posibilidades de igualar, las mismas que el Avilés para apuntillar. La defensa avilesina volvió a mostrarse infranqueable y Rebollo estuvo serguro, salvo en una salida aérea en falso que Postigo estuvo a punto de aprovechar. Gerardo, Ito, Borja y Geni también se acercaron al gol, pero el 1-2 final no se movió.
Triunfo de oro para el Avilés en un campo en el que nadie había ganado y del que sale muy reforzado en sus aspiraciones. Ahora, a pensar en el Rayo B.
