Mañana de sol, un oponente no demasiado fuerte enfrente -el vicecolista Marino-, una primera parte sobresaliente para los locales en la que además de lograr crear juego en un terreno muy irregular le deparó un par de goles... ¿Qué más pedir? Era el partido idóneo para que el Ourense consiguiera una victoria contundente, para reencontrarse por enésima vez, para seguir ganando sensaciones en una competición en la que el juego y esfuerzo no se estaba reflejando en la clasificación. Y es que el Ourense dio vida en la segunda parte a un rival que estaba muerto, más que por el daño que se intuía podía hacer por las dudas que generó el gol del Marino

¿Qué más pedir? Era el partido idóneo para que el Ourense consiguiera una victoria
contundente, para reencontrarse por enésima vez, para seguir ganando sensaciones en una competición en la que el juego y esfuerzo no se estaba reflejando en la clasificación. Y es que el Ourense dio vida en la segunda parte a un rival que estaba muerto, más que por el daño que se intuía podía hacer por las dudas que generó el 2-1 en los locales en el minuto 52. Pero sólo fue un pequeño susto, pues este Ourense es muy superior al Marino, y en cuanto se asentó de nuevo en el maltrecho césped de O Couto volvió a dominar, a mandar, a generar ocasiones y a marcar para certificar el triunfo con el 3-1.

El Ourense fue dueño y señor del partido, sobre todo en una primera parte pletórica. Jona hizo el 1-0 en el 36, en su décimo gol en Liga, pero antes había dejado muestras de su oportunismo y calidad en dos acciones en las que sólo le faltó concretar, en un mano a mano con el meta Matías en el 15 y después de un soberbio remate al travesaño tras un sombrero a su par, en el 17. El Ourense abrió brecha en el marcador con un sensacional remate con la izquierda de Yebra en el minuto 43 (2-0).

Sólo un cúmulo de conjunciones astrales podía hacer que el Ourense no goleara a un rival al que caricaturizó en el primer acto. Y casi se da. El primer remate a puerta del Marino le sirvió para acortar distancias con un gran remate cruzado de Adán en el 52. El Ourense parecía asustado, y todavía más cuando Pato despejó a córner un saque de falta en el 61. Pero ahí se terminaron las concesiones locales a los canarios. El Ourense se puso serio y Jona avisó con un remate de cabeza en el 73, Iván González lanzó al larguero en el 77, y él mismo convirtió un minuto después el 3-1 a centro de Sanginés. Victoria local justa pero corta en la cuarta jornada seguida sin perder.