La suerte es un factor prioritario en el fútbol, como volvió a quedar demostrado ayer en el Cerro del Espino, lo que le sirvió al Oviedo para no volverse de vacío de tierras madrileñas. Si bien es cierto que a los azules les suele sonreír más bien poco la fortuna en las últimas campañas, parece que el cambio de rumbo se ha iniciado.

Tras un sábado magnífico para el conjunto representativo de la ciudad de Oviedo, que ha visto cómo se resolvía su deuda a corto plazo tras el cierre de la ampliación de capital que resultó un éxito, alcanzando los cuatro millones de euros, era el momento para que lo deportivo acompañase. Nadie debe olvidar que el ascenso sería un paso definitivo para el futuro del conjunto carbayón.

Un balón en largo de Dani Barrio, a los 35 minutos de la segunda mitad, se lo comió la zaga 'colchonera'. Botó en el área y Dani Aquino remató de cabeza, elevándolo por encima del guardameta Bono, que no midió su salida. Esa fue la jugada que marcó el partido, una acción aislada y que le sirve al equipo de Félix Sarriugarte para volverse con un punto de oro después de un mal partido, aburrido y soso, pero en el que el Atlético B había tenido el control del mismo.
Es cierto que el Oviedo acudía a la cita con importantes bajas. Los habituales Baquero, Xavi Moré, Manu Busto y Javi Casares se quedaron en Asturias con problemas físicos. En una idéntica situación se encontraba Óscar Martínez que, sin ser titular indiscutible, es un hombre importante en el esquema asturiano.

A Sarriguarte no le quedó más remedio que recomponer el equipo. Javi Cantero recuperó su sitio
en el lateral zurdo al desplazarse Álvaro Cuello a la derecha. Iván Rubio ejerció de interior por delante del chaval de la cantera y Josep Señé volvió a la mediapunta tras haberse quedado fuera de la citación ante el Madrid C debido a la llamada cláusula del miedo que le impedía medirse al club que tiene sus derechos en propiedad.

Aunque el Oviedo pareció salir bien al terreno de juego, fue un espejismo. El filial del Atlético B se hizo con el dominio del balón. Los carbayones se dedicaron a correr tras el esférico, aunque también es de justicia reseñar que el cuadro 'colchonero' no tuvo excesiva llegada a lo largo del choque y que los minutos pasaban sin mayores sobresaltos hasta que Perdigones Pacheco anulaba un tanto a Gerard por fuera de juego en el minuto 25.

Fue el aviso de lo que iba a ocurrir dos minutos después. Pedro avanzó por el costado izquierdo, se metió en el área, casi sin oposición, se apoyó en forma de pared con Gerard y puso el balón donde no pudo llegar Dani Barrio. Una jugada casi personal y que sacó los colores a la zaga oviedista, que asistió casi como espectadora de lujo al tanto madrileño.

Al Oviedo le volvía tocar a remar con el marcador en contra y estuvo muy cerca de firmar la igualada tras el tanto recibido. Íker Alegre botó un córner desde la izquierda que cabeceó David Fernández, saliendo el balón muy cerca de la escuadra de Bono. No hubo más acciones que destacar hasta el intermedio.

La salida del Oviedo en el segundo tiempo no fue mala. Los de Sarriugarte intentaron achuchar gracias al balón parado, pero en ningún momento con sensación de peligro, algo que sí tuvo una gran acción individual de Óliver Torres que no se convirtió en el 2-0 de milagro.

Poco antes, el técnico azul decidió hacer cambios. Jandro entró para dar la velocidad en banda que no consiguió Iván Rubio, y Pascual se situaba junto a Aitor Sanz para que Cerrajería ejerciese de Señé. Posteriormente sería Dani Aquino el que ocupase el lugar de Íker Alegre.
Con el partido en los mismos derroteros apareció el gol de fortuna para felicidad de los 500 aficionados azules en Madrid. Al Atlético B le sentó como una fuerte bofetada el tanto recibido y el cuadro de Alfredo Santaelena zozobró por momentos. David Fernández tuvo la última acción del choque, pero su disparo desde la frontal lo atajó Bono en el descuento.