Luis Rubiales hizo que Mateu Lahoz cambiara el fútbol por el arbitraje

Esta noche en La Rosaleda pita Antonio Miguel Mateu Lahoz, el árbitro preferido de Mourinho. Este valenciano de 34 años tiene una larga historia que comenzó el día que decidió colgar las botas de futbolista para coger el silbato. ¿Y quién tuvo la culpa? Pues nada más y nada menos que Luis Rubiales, presidente de la AFE, que le quitó el sitio en el once del Valencia juvenil.

Mateu comenzó a arbitrar en 1992, con sólo 15 años y lo hizo como juez de línea. El hoy colegiado era por entonces un fino interior que destacaba en la cantera del Valencia, hasta que en el División de Honor se cruzó en su camino Luis Rubiales, fichado del Motril. La aparición en escena del hoy presidente de la AFE acabó con la carrera de futbolista de Mateu.

Mateu: "Rubiales era muy bueno y encima jugaba en mi sitio. Eso hizo que me pensara lo de seguir en el fútbol y decidiera volcarme en el arbitraje"
"Rubiales era muy bueno y encima jugaba en mi sitio. Eso hizo que me pensara lo de seguir en el fútbol y decidiera volcarme en el arbitraje", nos cuenta entre sonrisas Mateu, quien reconoce que la suplencia de aquella temporada le empujó hacia el arbitraje.

Así recuerda aquel capítulo Luis Rubiales: "Yo acababa de llegar desde Motril, con toda la ilusión del mundo e intentaba día a día luchar igual que el resto de mis compañeros por jugar algún día en Primera. Toño, quería lo mismo que yo y jugaba en la misma posición, que entonces era interior izquierdo".

El presidente de la AFE nos cuenta cómo era Mateu: "Era un jugador fuerte, potente, disciplinado. Recuerdo que me comentó durante la pretemporada, que con Villanueva (jugador que compartía la lucha por el puesto con nosotros) y conmigo allí, lo iba a tener muy complicado para quedarse. ¡Quién le diría entonces que pisaría tantos campos importantes vestido de árbitro!".

Una grave lesión de rodilla de Rubiales les hizo un día reencontrarse: "Jugando en el Levante, me quedé sin ficha tras romperme la rodilla. El equipo se marchó de pretemporada al extranjero y yo me quedé solo en Valencia. Pedí permiso en el club para entrenarme con los árbitros en los campos de la Universidad de Valencia y... ahí, junto a Lizondo Cortés y Ayza Gámez, estaba él. Fue genial compartir vestuario con ellos y quedar de vez en cuando para tomar un refresco o comer una paella en la playa. Ahora que es un magnífico árbitro, de reconocidísimo prestigio, a lo mejor algún día me llama para invitarme a un buen arroz", dice Rubiales entre risas.

Rubiales: "Toño era un jugador fuerte, potente, disciplinado. ¡Quién le diría entonces que pisaría tantos campos importantes vestido de árbitro!"
Admirador de Mateu

El presidente de los futbolistas también es un admirador de Mateu: "Es firme, aunque no rehúye el diálogo. Físicamente de lo mejor que he visto y ello le permite seguir muy de cerca el juego. Su criterio del arbitraje le lleva a parar lo menos posible cada partido y ello favorece el espectáculo. Algo que agradecen los futbolistas es que, acierte o no, actúa de la misma manera con los más modestos que con aquellos más mediáticos y con el mismo rasero en cualquier estadio".

Cuando Mateu terminó su carrera de futbolista estaba pitando en Primera Regional, allá por 1996. Luego, estuvo dos temporadas en Preferente (1997/99), tres en Tercera (1999/02) y dos en Segunda B (2002/04), que le sirvieron de trampolín al fútbol profesional.

Mateu es el actual Guruceta de Primera, categoría en la que cumple su cuarta temporada, y desde el 1 de enero es árbitro FIFA. Nadie duda que es el mejor árbitro de nuestro fútbol y buena parte de culpa la tuvo un día... Luis Rubiales.