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¿Cómo puede quejarse el Real Madrid de De Bleeckere?

Que el Madrid, que cometió 31 faltas, acabara con once fue un milagro o, mejor dicho, el éxito de una estrategia de Mourinho que siempre influye en los árbitros.

Hace 13 años por pepiko_gr
Carvalho

Salvaje entrada de Carvalho, que ya tenía una amarilla, en el minuto 44 . No fue expulsado.

Frank de Bleeckere, el colegiado de la semifinal de vuelta de Champions entre el Barça y el Madrid, sabía lo que Mourinho había dicho tras el partido de ida, cuando le incluyó en la lista de árbitros que dejan a los rivales del Barça con diez de forma 'injusta', siempre según el peculiar criterio del portugués. La táctica de Mou, sus presiones, surtieron efecto porque el belga, según se vio durante el encuentro, se autoexigió no expulsar a ningún jugador del Madrid aunque lo merecieran. Y vaya si lo merecieron.

Sólo desde la anterior premisa puede entenderse que Carvalho no se fuera a la ducha antes del descanso. El defensa luso vio tarjeta amarilla en el minuto 13 por una dura entrada a Messi que fue el colofón a una primera serie de tres golpes excesivos de Kaká, Lass y Albiol a Busquets, Messi y Pedro, respectivamente. Carvalho volvió a derribar a Messi en los minutos 27 y 44 con dos acciones merecedoras de tarjeta, sobre todo esta segunda en la que en directo, marca.com (el BOM, Boletín oficial del Madrid), llegó a sacar, incluso, en portada reconociendo que la jugada era de amarilla. Sin embargo el colegiado belga, aunque vio las faltas y las señaló, no quería retirarse del arbitraje señalado por Mourinho y sus fieles.

Lo mismo sucedió con Adebayor en la segunda parte. El de Togo tumbó a Busquets nada más salir con una patada a la altura del gemelo y De Bleeckere decidió charlar con él para tranquilizarle. No le sirvió de mucho porque el delantero siguió repartiendo, casi siempre a destiempo, hasta que vio la amarilla en el 84. Debió verla mucho antes: en el minuto 56, en el 80... Total, otro que debería haber visto el camino de los vestuarios antes del pitido final. Sin embargo, no fue así.

El 'bueno' de De Bleeckere también hizo todo lo posible para no expulsar a Lass Diarra, que, con una amarilla en su cuenta, también se excedió en un par de faltas, como una plancha a Mascherano. Que el Madrid, que cometió 31 faltas, acabara con once fue un milagro o, mejor dicho, el éxito de una estrategia de Mourinho que siempre influye en los árbitros.

El castigo para De Bleeckere es que fue utilizado por el Real como excusa de la eliminación por la jugada, con 0-0, en la que Cristiano, tras chocar con Piqué, cayó de forma involuntaria sobre Mascherano, que no pudo llegar a tapar a Higuaín. No fue gol anulado porque el belga pitó antes de que el argentino superara a Valdés, pero una jugada tan inusual provoca todo tipo de interpretaciones y justifica lo injustificable; que, pese a todo, De Bleeckere sea el malo de la película para los blancos aunque les hizo el favor de olvidar la tarjeta roja en la caseta. ¡¡Así se lo pagan!!