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Italia 2-4 España: Una factoría inagotable ¡¡Campeones de Europa SUB21!!

Con un Thiago excelso, la sub' 21 revalida el cetro europeo y reafirma la hegemonía del fútbol español Isco, de penalti, puso la guinda ante una Italia que no fue rival España es campeona de Europa absoluta, sub' 21 y sub' 19

Hace 11 años por unsko
Thiago Alcántara

Imagen subida por: guasch



Los fenómenos se reservan para las grandes ocasiones, para los momentos especiales, para las citas con la historia. Este tipo de personas tienen el talento por castigo, ni lo encargan ni lo piden, simplemente se lo entregan. Eso pasó con Thiago, hijo de Mazinho y hermano mayor de Rafinha, nacido en Italia -Génova- y de nacionalidad hispano-brasileña. Una persona y jugador especial, que se acordó de Canales en la celebración y que, como en Dinamarca, surgió en la final para guiar a la sub' 21 a su cuarto título europeo, segundo consecutivo. La hegemonía continúa y no tiene visos de terminar.

Lopetegui posee un currículum excelso en la Federación, casi impoluto. Tanto que aún no conoce la derrota. Un dato que impresiona, pero que cobra sentido al repasar su grupo. Tal es la calidad de este combinado que resulta realmente complicado tomar una mala decisión. Y sí, quitar mérito al ex portero sería cometer una injusticia pues, además de que España es ya una fábrica inagotable de futbolistas excelsos, mágicos y disciplinados, que juegan, y se llevan, muy bien, los técnicos que elige la Federación 'salen' buenos, realmente buenos.

El vascó apostó por Morata y no falló, porque en los primeros quince minutos, la conexión entre el madridista y el capitán, Thiago Alcántara, fue más que eficaz. El '9' del Madrid lo hace casi todo bien. Se aprovecha de su físico, de su tremenda potencia, y además, tiene recursos. Cayendo a banda izquierda y tras darse la vuelta, apuró hasta la línea de fondo para regalar el primero al azulgrana, que sólo tuvo que cabecear a la red. Cinco minutos de partido, los mismos que tardaría Italia en empatar.

Mengia, el seleccionador italiano, dejó claras las directrices a su equipo. Desde el tanto español, la 'azzurra' la espalda de Íñigo Martínez. En una de ellas, Immobile -el mejor de los transalpinos- bajó un pase largo y batió a De Gea con una sencilla vaselina. Así, de golpe, sin aviso previo. Hace años, eso habría bastado para caer en un pesimismo irremediable, y tras recibir el golpe, nosotros habríamos caído a la lona. Hoy, esos tenebrosos pensamientos no existen, entre otras cosas porque tenemos la mejor cantera de porteros del mundo. Y sino, que se lo pregunten a Florenzi, que pudo cambiar el sino de la final en un mano a mano con De Gea.
Thiago se aprovecha de la inexperiencia

España fue España, pero a Italia costó reconocerla. Tanto que la bisoñez con la que jugó en el Teddy de Jerusalén sorprendió a aquellos que han visto crecer el 'catenaccio'. Apostar por un estilo diferente puede provocar este tipo de desajustes. De dos 'cantes', primero de Caldirola y después de Regnini , España cimentó su victoria y Thiago su leyenda, porque más allá de los errores del rival, la estrella del jugador azulgrana nació para este tipo de encuentros. Un hat-trick que cuestiona la habilidad de Zubizarreta y los contratos del Barça.

Hasta Verratti, ese mediocentro que parece ser el sucesor de Pirlo y por el que suspira el mismísimo Madrid, se rindió a la evidencia. Y es que caer en la desesperación parece hasta aceptable. Porque quizás por miedo, quizás por impotencia, Italia no cambió nada tras el descanso. Sólo la falta de acierto, y en ocasiones de generosidad, impidió una goleada de escándalo. Isco, bien entrada la segunda mitad, sentenciaría desde el punto de penalti tras un nuevo error infantil de la zaga italiana. El malagueño se merecía su cuota de protagonismo.

Con este nuevo título, España se reafirma como la gran dominadora del fútbol europeo. Actualmente, nuestro país es campeón del Mundo, de la Eurocopa y de Europa en las categorías sub' 21 y sub' 19. El próximo objetivo es el Mundial juvenil de Turquía. Con cada victoria, la camiseta gana peso: carga de responsabilidad a los nuestros y atemoriza a los rivales. Somos una potencia. Digámoslo bien alto.