Emotiva sorpresa en el descuento para Xavi

Instantes después de que el árbitro vasco Pérez Lasa silbara el final, Xavi cumplió con el ritual deportivo de saludar a sus rivales. De inmediato, resoplando por el esfuerzo, encaró el túnel de vestuarios hasta que la mano de Carlos Naval, el delegado del equipo, le frenó a mitad de camino. En aquel momento, el centrocampista comprobó con asombro que el reconocimiento por sus 549 partidos defendiendo el escudo del Barça no había terminado. Todos los jugadores, los que ayer actuaron y aquellos que lo vieron en la grada (incluidos Messi y Afellay), el cuerpo técnico y todos sus ayudantes se arremolinaron en el centro del campo desplegando una enorme pancarta con el lema en catalán 'Xavi t'estimem' seguido de una sonora ovación. Una emotiva sorpresa, guardada con un escrupuloso secretismo, que pilló a los aficionados enemigos de las aglomeraciones y de los atascos fuera del Camp Nou. Da igual. Hoy podrán degustar las imágenes hasta la saciedad porque darán la vuelta al mundo.

El homenaje al de Terrassa constó en sí de tres partes. La primera en la intimidad del vestuario cuando algunos recortes de prensa pegados en la taquilla le recordaban que no era un encuentro más. Era el día en que las estadísticas escribieron oficialmente que el jugador que retiró a Pep es oficialmente, a sus casi 31 años y con contrato hasta 2016, una leyenda del barcelonismo al atrapar a otro mito como es Migueli.

La segunda parte se vivió antes del pitido inicial cuando todo el Estadi le ovacionó al fundirse en un abrazo con el siempre venerado 'Tarzán', que le esperaba a pie de campo. Migueli llegó a esos 549 partidos pero hubo quien, ante la carencia de centrales de Pep, viendo cómo hablaban entre ellos en la banda, creyó que le haría jugar el 550. No fue así. A Busquets y a Abidal no se les sienta tan fácilmente. Un también emocionado Migueli acompañó a su nieto, con una camiseta y su número tres, a efectuar el saque de honor. Escuchar con su vozarrón admitir que le temblaban las piernas puso la piel de gallina a más de uno.

Lo mejor, por inesperado, llegó al final con el tercer y último capítulo del buen rollo de la plantilla. Xavi aguanta estos momentos pero su cara dejaba entrever un sentimiento indescriptible "Muchas gracias. Es un orgullo defender esta camiseta", soltó micrófono en mano. al grito de "Visca el Barça i Visca Catalunya!". Sandro Rosell estuvo preciso en su análisis en Barça TV: "Ha sido el partido de Pedro, pero también el de Migueli y de Xavi. ¿Que Migueli ha dicho que estaba nervioso? No creo... él es 'Tarzán'. Merecía este homenaje. Y a Xavi todo el barcelonismo le quiere. Es imposible no quererle. Es nuestro corazón, esfuerzo, cerebro, trabajo, sentimiento". Y así otros 500 partidos más. ¿Los tendones? ¡Bah!