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Raúl González Banco y Cristiano Ronaldo tiene predestinado ocupar un lugar privilegiado en la historia del madridismo. Ambos comparten multitud de virtudes, entre ellas el gol, y los dos llevan el mismo número a la espalda. Pese a solo coincidir un año en el vestuario blanco, los dos futbolistas serán por muchos años el estandarte del madridismo.
Hace trece años Raúl González Blanco enmudecía al Camp Nou. Con su gesto característico, una vaselina sutil, el ?7? blanco levantaba el balón por encima de Hesp y Reiziger no podía llegar al balón. Su celebración mandando callar al Camp Nou pasó a la historia, y muchos madridistas la enmarcan en una de las imágenes de mayor relevancia en la historia blanca.
Raúl nunca provocó a la grada, pero contestó así a los que habían atacado a su mujer, Mamen Sanz. Insultos e improperios varios de los seguidores culés que hicieron mucho daño al jugador y que este respondió como mejor sabe, marcando.
El pasado sábado la historia se repetía. Con el mismo número a la espalda que Raúl, Cristiano Ronaldo se presentaba en el santuario culé con ganas de liarla, y bien que la lió. Su tanto sirvió para ser el gran protagonista del encuentro, el futbolista decisivo, algo que algunos había tenido la osadía de poner en duda.
Como a Raúl, a Cristiano le increparon durante todo el encuentro. Insultos, descalificaciones y pitos. El portugués supo contestar como su ex compañero, con un gol de bandera que ponía justicia y que le servía para reivindicarse con un gesto claro: ?Calma, calma, aquí estoy yo?.