Crónica del adiós anunciado

Agur, adiós, arrivederci, good bye, sayonara, au revoir, aloha, aufwiedersehen. Lo de ayer fue la crónica de la despedida, de anunciadas retiradas. Perece el futbolista; nace el mito.

Rompen filas Joseba Etxeberria, eclipse ayer para el resto, Iñaki Muñoz y Armando Ribeiro. Y mención especial también merece Manuel Enrique Mejuto González, que eligió San Mamés para dirigir su último encuentro de Liga después de, al igual que El Gallo, 15 campañas al servicio del silbato. Dichos, confirmados, pues puede que también abandone el Athletic Fran Yeste, que ayer vivió la emotiva jornada desde la grada, donde una bandera gigante con el 10 materializaba su presencia. No se olvida al Último mohicano. Tres leones, y puede que un cuarto, dejaron ayer la cautividad del fútbol para dedicarse a familias y amigos, para hacer todo aquello que no pudieron siendo futbolistas.

El público, bien tangible, espíritu visible del equipo bilbaino, supo corresponder con una entrada impropia para un partido sin trascendencia en la parcela deportiva. No obstante, pocos de los que acuden habitualmente a San Mamés prestaron asiento en un encuentro convertido en homenaje de despedida, una fiesta ovacional donde los decibelios arroparon la tremenda escena que bien hubiera engañado a algún confundido. ¡Como si se hubiese accedido a Europa! Y es que fue un compromiso que sonrió a los despedidos, por aquello del marcador favorable. Danzaron las bufandas. Todo fueron sonrisas, aunque también hubo lágrimas. Pero de alegría, de una emoción contenida durante las últimas semanas, cuando los plazos para pasar a engrosar la lista del paro se iban acortando. En el caso de Armando (3 temporadas y 20 partidos), que salió de inicio, solamente tuvo un balón comprometido dentro de la apacibilidad imperante en la tarde bilbaina. Y éste llegó por error del compañero Koikili, que obligó a estirarse al sopeloztarra cual felino en tiempo de caza.

Muñoz, por su parte (3 campañas, 25 encuentros y un gol), saltó al césped en el minuto 60. El de Iruñea no tuvo ocasión para erigirse en protagonista. Mientras, Mejuto González se sumó al festival fundiéndose con los ya retirados. Quizás, sabía de la fuerza del sentido tributo. No quiso menos para él. Yeste también tuvo su guiño, gracias a Muniain, que le dedicó su gol. ¡Agur leones!