Así habló el Barça en el Bernabéu

Messi va lanzado hacia el Balón de Oro después de exhibirse y dejar al equipo a un paso de Wembley / Es el pichichi indiscutile de la Champions con 11 dianas / Se convierte en el tercer mayor goleador culé de la historia.-

Hace 13 años por pepiko_gr
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Messi fue el 'verbo' del Barça Imagen subida por: michael20

Pep había emplazado a su 'colega' Mou a hablar sobre el césped (¿¿¿césped??? selva, más bien) del Bernabéu. Cuando a las 20:45 del pasado miércoles la pelota comenzó a rodar (¿¿¿rodar??? sobre la sabana que era la hierba del Bernabéu no es que rodara mucho, la verdad), el Barça comenzó su monólogo porque los blancos se convirtieron (como en los anteriores clásicos) en el 'Mudito' de 'Blancanieves y los siete enanitos'. Los pupilos de Mou jugaron a lo de siempre cuando se enfrentan a los culés: destruir, destruir, destruir y si después de destruir se puede hacer algo más, entonces volver a destruir. Sólo habló el Barça y el 'verbo' más eficas fue, como no, Leo Messi.

El crack argentino habló alto y claro, agrandando su leyenda en el Bernabéu. Messi rompía definitivamente su gafe personal de no marcar en las semifinales de la Champions League. El escenario no podía ser mejor. En el Bernabéu. La casa del eterno rival. Hacerlo, además, dos veces en apenas diez minutos sólo está al alcance del mejor jugador del mundo, el único, el más grande: Leo Messi.

Cincuenta y dos goles lleva ya esta temporada en una carrera sin precedentes en la que amplía el récord partido tras partido. Ha adelantado como un bólido los 49 de Puskas, otro guiño a la rivalidad con el Madrid que tenía que ocurrir en Chamartín, donde Leo ya lleva seis goles.

En el primero de la aciaga noche para los blancos, 'la Pulga' remató con oportunismo, en boca de gol, un gran centro de Afellay, que justificó su fichaje a lo grande. Messi irrumpió por el centro desde la posición de falso 9, esa demarcación que Guardiola inventó para él, y en la que ha explotado todo su arsenal de recursos técnicos.

El 0-2 fue de otro planeta, una acción que recordó al mejor Ronaldinho en el mismo escenario. Se fue, sencillamente, de todo el que osó salirle a su paso antes de batir a Iker Casillas con un toque de crack con su supuesta pierna mala: la derecha. Si en la escena faltó el señor del bigote aplaudiendo la belleza del gol, como hizo aquel buen hombre el día que el brasileño cabalgó hacia la gloria, fue porque la crispación instalada por Mourinho ha acabado con el señorío merengue, que lo hubo (y puede que resucite cuando el luso abandone el Madrid, que por el bien de los blancos ojalá sea más pronto que tarde).

No hubo señor del bigote como antaño, pero cerca de la tribuna de prensa, dos veteranos socios del Madrid, ataviados con bufandas y camisetas blancas, se echaron las manos a la cabeza e hicieron una reverencia al '10'. Por su edad, muy posiblemente vieron jugar en el Bernabéu al citado Puskas o a Di Stéfano, entre otros, dos jugadores que en la actualidad acabarían desquiciados por el sistema táctico del entrenador portugués. Hay una generación en el Madrid que también disfrutó con el juego del fútbol no hace tanto, juego que el portugués ha convertido en nada con su espíritu rácano y de destrucción absoluta, con su 'moutubús' que diría el bueno y grande del compañero 'toni', aquí, en RF.

Messi es el rey, por algo lleva dos balones de oro consecutivos. Y los que le quedan. Este año va camino del tercero. Porque así habla el Barça. Sobre el terreno de juego. Con juego, con fútbol, con un 'verbo' llamado Messi.