El Espanyol no tendrá bajas para el derby contra el Barça

De todas las derrotas se puede extraer una lectura positiva y la de ayer, pese a la manera en la que se produjo, no es la excepción. Se jugó muy bien por momentos, Osvaldo volvió a demostrar que es un auténtico ?killer? y, lo más importante, el equipo no llegará mermado al importante partido del próximo sábado en Cornellà-El Prat. Mauricio Pochettino podrá alinear a su once de gala ante el Barça, ya que ninguno de los tres apercibidos vio la quinta amarilla... y eso que los tres aguantaron los 90 minutos sobre el terreno de juego.

Pochettino ya había avisado. No iba a reservar a nadie y no lo hizo. La defensa titular saltó a San Mamés aún a riesgo, como pudo verse en los primeros compases de partido, de quedarse sin ella para frenar a Messi, Villa, Pedro y compañía. Así que, salvo contratiempo de última hora, Víctor Ruiz y Juan Forlín estarán en el derby, aunque el argentino bien debería agradecérselo al colegiado Ayza Gámez, que le perdonó una clara amarilla cuando cortó una peligrosa triangulación de los leones en la frontal del área. Podría haber sido su sentencia de cara al duelo ante los azulgranas. El ex de central de Boca, sin embargo, demostró en esa y en otras ocasiones que realmente ni él ni sus compañeros pensaban más allá del encuentro de ayer en San Mamés. Tampoco Aldo Duscher, que reconoció tras el encuentro que ?en ningún momento me vino a la cabeza que no debía meter si quería jugar el derby?. También estaba amenazado y, como los dos defensas, salió ileso de la batalla de Bilbao. Fue, incluso, el encuentro en el que menos necesitó meter la pierna. Cubrió el encuentro sin riesgo alguno y ahora podrá estar también a disposición del míster para el sábado. Su caso, no obstante, es diferente al de Víctor y Forlín. Estos dos jugarán sí o sí, Duscher deberá luchar por un puesto en el doble pivote junto al ayer sancionado Raúl Baena.

Kameni se quedó sin victoria en su partido 200 con el Espanyol
El guardameta camerunés no pudo celebrar como a él le hubiera gustado su doble centenario en Primera División ya que se marchó de La Catedral con dos goles y una derrota que hizo mucho daño a un equipo que mereció mucho más tras realizar una gran primera parte. Carlos Kameni apenas tuvo trabajo en esos primeros 45 minutos, pero en la segunda se vio superado por la presión de los delanteros vascos, que le bombardearon con remates y centros peligrosos en el que era, ayer, su partido 200 como portero del Espanyol. Pudo hacer algo más en el primero, pero no en el segundo, que llegó con un magistral lanzamiento de falta de David López