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Hoy es uno de esos días en el que ser de tu equipo es complicado y duele. Hoy mi Real Oviedo ha caído derrotado en Gijón ante el filial de su eterno rival, el Real Sporting de Gijón. Duele mas aun cuando has estado presente en el campo ante toda la afición gijonesa, apoyando hasta el final desde todo tu ser, viendo como tu equipo se diluye en una segunda parte para el olvido en la que fuimos humillados por un Sporting B que en la primera mitad no consiguió pasar del mediocampo.
Muchos hoy teníamos esa sensación que echabamos de menos, la de derby. Sin embargo, mas allá de esa distorsión de la ilusión la realidad es que simplemente jugábamos ante el filial sportinguista, que ya de por sí resulta una humillación notable.
Ir a Gijón para jugar simplemente con el filial nos hace darnos cuenta de nuestra condición, de nuestra pena, de nuestro andar errante durante todo este tiempo. No somos lo que eramos, y como echamos de menos ser aquel equipo que disputaba de tu a tu los partidos ante cualquier rival, hoy sin mas, no fuimos capaces de ganar a un equipo que no pelea ni por ascender, cuyo objetivo no es otro que el de la permanencia en Segunda División B.
Muchos compañeros de sentimiento recogen motivos para echar a nuestro entrenador o a media plantilla, aunque no lo comparto, si creo que se necesita un cambio en el equipo, pero no un cambio de entrenador ni de jugadores, sino un cambio de mentalidad, somos grandes, nunca hemos dejado de serlo, hasta hace nada nosotros, la afición, dijimos al mundo en voz alta quiénes somos y lo grandes que somos en un movimiento social global sin precedentes para un equipo de futbol. Un equipo que probablemente sea de los que mas accionistas tenga y mas simpatia despierta en todos rincones del planeta a pesar de no estar en primera linea mediatica.
Este sentimiento debe saberse y grabarse en la piel de los jugadores, de su entrenador, de las ganas que demuestren en el campo y la ilusión fuerza que representa este escudo. Hoy nada de esto se vio.
El equipo no juega a nada y es la cruda realidad. No me creo que no haya plantilla, no creo que no tengamos entrenador ni calidad para intentar jugar algo.
Nuestro recurso no es otro que el de colgar balones a Cervero, un simbolo del oviedismo, limitado técnicamente y cargado de coraje y sentimiento, pero que no resulta suficiente para el resto de compañeros. Tenemos calidad, tenemos a Dani Aquino, jugador con el que no se cuenta, Manu Busto que rebosa calidad, Javi Casares un pequeño gran jugador que tiene fútbol en sus pies, un volante rápido e incisivo como Xavi Moré, un capitán como Aitor Sanz que no desentona en salida de balón.
A pesar de todo esto, no empeñamos en no jugar con el balón, en hacernos pequeños cuando no lo somos.
Tenemos la estabilidad administrativa y social que queríamos. Ahora solo nos queda dentro de nuestras posibilidades crecer en mentalidad, como equipo, todos a una, pero pretendiendo jugar a fútbol.
@JG_Calderon