Fútbol, hasta la muerte.

Hace ya días que quería hacer una pequeña, que espero sea, una gran reflexión sobre el aficionado, sobre los futbolistas, sobre entrenadores, clubes y sobre todo acerca de fútbol.
A comienzos de este mes, nos encontramos con una noticia desgraciada para nuestro fútbol: la muerte de un árbitro auxiliar tras una brutal paliza de unos jugadores juveniles holandeses, acusados como no, de un homicidio.


¿En realidad sorprende esta noticia? Aunque sea duro, no me sorprende. Dentro del fútbol, y si me apuras, dentro del deporte, el colectivo arbitral es blanco de agresividad verbal, violencia física, maltrato psicológico y tras todo ello, ¿Por qué nos debería sorprender la muerte de un colegiado? , simplemente, aunque sea una desgracia, hay que irse a cualquier campo de fútbol en el que ?aficionados? a este deporte (eso creen ellos) profieren insultos, recordatorios a madres, a padres, a muertos, a familias en general, olvidando lo que somos, seres humanos que sin mas estamos faltando al honor y al respeto de un semejante nuestro.


Los hay que se creen que esa es la forma de animar a su equipo, y por desgracia, damos una imagen como especie detestable, es muy común ver niños con padres insultando, con actitud agresiva. Así como, también es muy fácil que un aficionado insulte a su entrenador, a sus jugadores y como no a su club, generando un ambiente violento infumable para el fútbol.
No creo que sea culpa solo de aficionados, tal vez esta violencia surge incluso dentro del terreno de juego, no hay nada mas que ver como una final de un torneo importante como es la Copa Sudamericana, acabo con un club como Tigre, empleando dureza y violencia dentro del partido de ida, con la correspondiente respuesta violenta en el partido de vuelta, no solo de rivales deportivos sino también de rivales institucionales, véase las declaraciones de Gorosito ,entrenador de los argentinos, que según ellos fueron agredidos por fuerzas de seguridad de Sao Paulo, rival y posterior campeón tras abandono de los de Gorosito.


Por ello, ¿Dónde comienza la violencia?, ¿somos nosotros los aficionados los que la incitamos? O mas bien ¿viene de los 22 jugadores que vemos en un campo de fútbol? .


Si me apuráis, diría que no solo viene del terreno de juego, viene de despachos o de cuerpos técnicos, es extremadamente común que un entrenador hable mal de un arbitro antes y sobre todo, después de los encuentros, 'os hay que han sacado listas con fallos arbítrales o increpado colegiados en vestuarios y aparcamientos' o incluso cuerpos técnicos que se agreden física y/o verbalmente en el terreno de juego, véase el maratón de clásicos ente FC Barcelona y Real Madrid de hace año y medio.


Ante este panorama de crispación de todos los colectivos (prensa incluido) hacia árbitros, insisto, en realidad ¿debería extrañar la muerte de un colegiado? Por desgracia, NO. De la violencia verbal, a la orden del día en el mundo fútbol hacia colegiados, a la violencia física, que en su peor cara puede causar una muerte, hay una línea muy delgada que ya se ha sobrepasado, y lo peor de todo por adolescentes de 15-16 años.


Solo queda preguntarnos ¿Fútbol hasta la muerte? ¿Como estamos influyendo nosotros en la violencia hacia arbitros o colegiados? ¿Acaso no son humanos y pueden equivocarse? Muchos amamos el fútbol pero creo que jamás debería llevarse hasta el extremo de que cueste vidas propias o ajenas.



J. Gabriel Calderón (@Jg_Calderon)