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El CD Pamplona verá terminadas en junio sus propias instalaciones tras 54 años jugando en campos pre

La tierra prometida

Hace 13 años
CD Pamplona

dESPUÉS de 54 años peregrinando por diferentes campos prestados de la geografía navarra, el sueño del CD Pamplona, eterno nómada del fútbol navarro, por fin comienza a vislumbrase. En el término de Lizasoáin, en la Cendea de Olza y a escasos 900 metros de Ororbia, se está levantando la que será la sede del equipo de la calle Campana, su tierra prometida. Según los plazos previstos, las obras de la primera fase del proyecto concluirán a finales del próximo mes de junio, por lo que los aproximadamente 250 integrantes del club -entrenadores, delegados, responsables y jugadores de béisbol al margen- arrancarán la próxima temporada en un campo que ya pueden considerar como suyo.

A día de hoy, las diferentes plantillas del Pamplona juegan desperdigadas en hasta cinco emplazamientos distintos. El conjunto de Tercera División disputa sus compromisos en Noáin desde que ascendió a esta categoría hace tres años; el de División de Honor ha encontrado en el Estadio Municipal de Beriáin su hábitat para los partidos ligueros; los juveniles y los dos cadetes juegan en el colegio Luis Amigó (donde también se entrenan los mayores), los infantiles, en Larrabide y los equipos de fútbol sala, en Ororbia.

Manolo Larumbe, presidente del club desde hace 14 años, no se olvida de todos estos lugares y en primer lugar expresa su agradecimiento a quienes les han acogido durante todo este tiempo, caso de la sociedad Aguerri de Úcar, donde los juveniles desarrollaron su actividad durante 30 años, Beriáin -'allí el trato ha sido exquisito y han estado a nuestra entera disposición para lo que necesitáramos'-, Amigó o Larrabide, 'donde llevamos toda la vida'. Sin embargo, al presidente no le duele abandonar estas sedes provisionales, máxime cuando las cambia por un lugar propio. 'Nuestra gran meta es que en las instalaciones se junten todos los jugadores del club, tener un lugar de reunión donde diariamente puedan juntarse 150 chavales. Esa es nuestra gran ilusión, porque une muchísimo más al club. Se van a encontrar las diferentes categorías desde los 10 años hasta el Tercera. Tiene que ser bonito y digno de ver, porque no lo hemos vivido nunca. Y va a marcar un antes y un después en la historia del Pamplona'.

Uno de los aspectos clave, considera Manuel Larumbe, es 'estrechar los lazos del club, algo importante tras 54 años con las plantillas en diferentes sitios', y confía en que repercuta también a nivel deportivo. 'Tiene que suponer una mejora'.

tres fases El proyecto de las instalaciones, previsto en tres fases, arrancará con dos campos de fútbol, el segundo todavía sin confirmar de forma definitiva, de 105x65 y 100x60 metros respectivamente, vestuarios para jugadores y árbitros y bar restaurante con la sede social y capacidad para 80 personas.

A partir de ahí, el resto de la obra queda supeditada a que la coyuntura actual mejore en un futuro. Sin poder echar mano de subvención alguna, la segunda fase, que comprendía la construcción de dos pistas polideportivas cubiertas y la ampliación de vestuarios, tendrá que esperar sine die. Y tres cuartos de lo mismo le sucede a la tercera fase, destinada a levantar en el lugar un campo de béisbol, disciplina que aglutina a aproximadamente 150 jugadores en el club.

Financiación propia El Pamplona ha podido hacer frente a la inversión cercana a los 3 millones de euros necesaria para este proyecto gracias a la expropiación pactada de los 65.000 metros cuadrados de terrenos que pertenecían al club desde los años 70 en la zona de El Garitón, en la parte trasera del estadio Reyno de Navarra. Con esta expropiación pudieron comprar el actual terreno y comenzar las obras sin recurrir a préstamos. Y sin ayudas oficiales.

Hasta hace pocos años, el Instituto Navarro de Deporte y Juventud sufragaba buena parte de los gastos para acometer este tipo de infraestructuras, con ayudas de hasta el 55% de su precio. Cerrado el grifo de las ayudas, Manolo Larumbe confía en que 'por el bien de todos, no solo por el nuestro, dentro de un margen de tiempo relativamente corto la cuestión económica mejore y se abra otra vez el capítulo de subvenciones para que podamos seguir creciendo y ampliar las instalaciones. Y hasta entonces aguantaremos con lo que tenemos, que va a ser mucho', dice orgulloso.

situación deportiva Se da la circunstancia de que la histórica inauguración del campo de fútbol coincide también con la época más boyante que se recuerda en el plano deportivo. Además de la plantilla de béisbol, desde hace años en la máxima categoría nacional, el equipo sénior de fútbol es décimo en su Liga y seguirá en Tercera División por cuarta campaña consecutiva. Los jugadores de División de Honor también han salvado su plaza en una categoría harto complicada a la que accedieron el pasado curso. Y, como reconoce Manolo Larumbe, 'el juvenil está para ascender a Liga Nacional. Lo queremos ascender y lo vamos a lograr'. Nunca el Pamplona ha tenido a sus tres principales plantillas en el peldaño más alto de sus respectivas categorías. Claro que, en 54 años, tampoco nunca había tenido un campo propio.

Bajo el abrigo de su lema, en el Pamplona crecieron jugando futbolistas de la talla de Nacho Monreal, López Vallejo, César Palacios, los hermanos Larráinzar o el Cuco Ziganda. También lo hicieron otros míticos como Iparraguirre, Patxi Iriguíbel, Satrústegui, De Andrés, Guembe, Purroy, Mayayo y un largo etcétera. Y con estas nuevas instalaciones, el Pamplona sienta las bases para que sus cerca de 400 jugadores sigan creciendo en el futuro. Pero esta vez juntos