El Betis es de Primera

El Betis está en Primera. Ser y estar no han coincidido sólo durante una temporada. El Betis es diferente. Siempre ha sido de Primera. Pero no estuvo este año. Ha vuelto, dejen paso al furor de Heliópolis. ¿Acaso hay muchos clubes capaces de unir tras un sentimiento a 50.000 almas en un mismo estadio? El Villamarín disfrutó como merece en lo que debe ser el inicio de algo bueno, algo que puedan contar a sus hijos y nietos. Al fin en Heliópolis se celebró algo, aunque fuera el retorno al lugar del que jamás debió salir. No está la vida para desechar alegrías y el Betis, inmerso en las pruebas permanentes de la fe inquebrantable de los suyos, las da de vez en cuando. Hubo tensión y emoción, porque la expectación era tal que o subía hoy o se pintaba un drama innecesario. GanaronGirona y Sporting para obligar al Betis a demostrar que es de Primera por la vía que sólo cumplen los campeones: ganando. Y lo hizo porque es el mejor de la categoría. Porque es de Primera.

Hablaremos poco de fútbol en esta crónica porque los 90 minutos importan poco en comparación con lo que significa una vida en verde, blanco y verde. El Betis congregó a los suyos para el último impulso. Respondieron de tal manera que el primer gol llegó desde las gradas. Porque el vuelo de la pelota que impulsó Rubén Castro en la vaselina a Javi Jiménez lo guió el aliento del Villamarín. Hizo subir la pelota para fotografiar caras de emoción e ilusión, confirmadas con ese beso a la red que permitió el cántico esperado: ?¡Gol!?. Y qué gol. Golazo. De los que vale un ascenso. El resto de la primera mitad se trufó con ocasiones aislada, alguna clara para el Alcorcón salvada por Adán y con respuesta inmediata de Ceballos, y más balón amarillo que verdiblanco.

Tras el descanso, un eslalon de Dani Ceballostras pared con Rubén Castro acabó enpenalti claro. Lo lanza el canario y 2-0. Sentencia. Ruge el Villamarín. ?Dicen que estamos locos de la cabeza??. Impresionante. ¿Ambiente de Primera? No, de mucho más. El Betis ya acariciaba el ascenso. El objetivo, con lo que lleva pensando desde las malditas tardes de la 13-14. ?El Betis es de Primera?, se cantaba con fuerza. Y tanto que lo es. Sólo un lunar, que Mel tuviera que salir al campo y zarandear a Ndiaye para que no viera la segunda amarilla tras calentarse con Sergio Mora. Una imagen extrañísima pero anecdótica. Mientras, el Villamarín seguía cantando todo su repertorio. Vaya fiesta, con48.462 invitados, que se citaron de nuevo para cantar bien alto el tercero, obra de Jorge Molina tras un contragolpe bien llevado por Ndiaye y disparo de Piccini. El rechace llegó a Molina, quien empujó varias veces hasta que lo consiguió el balón con el jolgorio general y otro tanto a su cuenta particular. Como casi siempre, en Gol Norte.

La seguridad de Adán, la proyección de Piccini, la firmeza de Bruno, el criterio de Jordi, los centros de Varela, el orden de Xavi Torres, la movilidad de Ndiaye, la generosidad de Portillo, el despliegue de Ceballos, los goles de Rubén y la inteligencia de Molina. Protagonistas junto al oportunismo de Rennella, el hambre de Lolo Reyes y la polivalencia de Cejudo de la foto de un ascenso, como en Burgos, Jaén, el Ave?

El resto del partido fue una sucesión de canciones béticas con ola, bufandeo, himno y todo el repertorio para celebrar que el Betis vuelve a su sitio. Y llovió. Cayó agua pero llovió emoción en un manicomio precioso de sensaciones a flor de piel llamado Benito Villamarín. El banquillo lo celebraba incluso minutos antes del final. El estadio quería que pitara ya el árbitro, tres pitidos como final de la estancia en Segunda. El Betis está de vuelta. El Betis es de Primera.