Pep Guardiola podrá agradecer la herencia que le deja Jupp Heynckes en Múnich. Además de un extraordinario grupo de jugadores, a los que previsiblemente se unirá Robert Lewandowski este verano, recibe un equipo campeón. Desde este sábado y con seis jornadas de adelanto, algo histórico en Alemania, el Bayern Múnich es campeón de la Bundesliga. Un golazo de Bastian Schweinsteiger bastó para poner el broche a un título colosal, el primero de los tres que disputa. Con Liga de Campeones y Copa, el triplete es posible.

Fue un broche atípico. No hubo rastro del mejor Bayern porque no hizo falta. No llegó tensión desde Dortmund porque no la había. El Eintracht de Frankfurt jugó con desgana, como si estuviera dispuesto a sacrificarse con tal de poner fin a una Bundesliga que sólo ha tenido un dueño. El Borussia Dortmund sufrió y remontó más por obligación que por fe. Ni siquiera celebraron los goles desde que supieron que Schweinsteiger había puesto el que sería 0-1 definitivo. Contra el gigante bávaro no ha existido discusión posible.

El Bayern Múnich es con todo merecimiento el primer campeón de las grandes ligas europeas. Antes incluso que el Manchester United. La celeridad habla a gritos de los modales que ha vestido el equipo durante esta temporada. Es un conjunto físico y vertiginoso, como quedó demostrado en el primer medio minuto contra la Juventus. Y es apabullante, como aprendió el Hamburgo hace una semana.

Con Heynckes en el banquillo, el conjunto bávaro vuelve a ser un ogro en el Viejo Continente, si bien los mimbres dejaban poco margen para el error. El vestuario del Allianz Arena mezcla una veteranía exquisita (el propio Schweinsteiger, Ribéry o Lahm) con jóvenes de enorme proyección. Toni Kroos, Thomas Müller o David Alaba cimentan el presente y aseguran un futuro mayor. Muchos llegan de la cantera, motivo de orgullo en este Bayern y recurso habitual para Guardiola.

El técnico catalán ya sabe cuándo tomará las riendas de su nuevo equipo (el próximo 1 de julio), pero no dónde estará el listón. La Bundesliga es sólo una primera piedra a la que podrían añadirse esos otros dos títulos pendientes e incluso algunas marcas históricas en el fútbol alemán. A este ritmo autoritario, aún podría acabar como el máximo goleador (necesita 22 tantos en seis jornadas) o el que más puntos sume en una sola campaña (a sólo seis del Borussia 2011-12). Desde el primer día, la exigencia será descomunal.

'Las expectativas son muy altas, por supuesto. Todo el mundo piensa que cuando Guardiola venga todo va a ser mejor. Por supuesto, siempre hay cosas que se pueden mejorar, pero será difícil igualar esta temporada', advirtió recientemente Franz Beckenbauer, presidente de honor y símbolo del Bayern Múnich. Claro que qué otra cosa podía esperarse de un técnico que ganó 14 títulos en cuatro temporadas con el Barça cuando llega al banquillo de otro gigante europeo.

Estreno el 13 de julio

Las primeras hojas de la agenda de Pep Guardiola como entrenador del Bayern Múnich ya están marcadas. El 1 de julio tomará posesión oficial de ese banquillo que sabe que ocupará desde hace meses. El día 4 empezará la concentración de pretemporada a orillas del lago italiano de Garda y el día 13 será la puesta de largo: debutará como técnico del equipo bávaro contra el Sonnenhof Grossaspach, de la cuarta división alemana.

Un día más tarde, el 14 de julio, jugará contra el Hansa Rostock, y entre el 20 y el 21 disputará la Copa Telekom con Borussia Dortmund, Hamburgo y Borussia Mönchengladbach. Citas de nivel ascendente que encontrarán su colofón el 24 de julio: esa tarde, Guardiola se reencontrará con el Barça en un partido benéfico. Mejor limar la nostalgia cuando aún no hay títulos en juego. Después deberá centrarse en colmar las expectativas de la exigente afición muniquesa.

Ésta es la 23º Bundesliga en las vitrinas del cuadro bávaro, el primer título de enjundia para el club desde 2010. La última final de la Champions o el despertar del Borussia en los años recientes fueron los obstáculos que abrieron esa mínima sequía para el Bayern. Tal es el crecimiento del equipo muniqués que tiene encarrilada su presencia en otras semifinales del torneo continental y ha dejado este curso en anecdótica la rivalidad con el Dortmund. Heynckes se marchará discreto, acorde con su personalidad, pero deja el listón altísimo.