El CD Toledo sumó tres valiosos puntos que le permiten mantenerse en los ?play off?. Pese a no contar con ocasiones manifiestas de gol, los verdiblancos se adjudicaron el triunfo gracias al gol de Butra en el inicio de la segunda mitad frente a un CD Torrijos que hizo temer un nuevo empate en los últimos minutos del encuentro. El cuadro toledano continúa sin cerrar los partidos y ante los hombres de Luna pudo repetir viejos partidos, como ya ocurrió la pasada jornada ante el Illescas.
Así, la victoria fue la mejor noticia de un partido que arrancó igualado y que terminó con Alfaro perdiendo tiempo al dar entrada a Víctor por Dani Alonso en el descuento. No es el mejor resumen, pero el marcador deja a las claras que fue un derbi con mucha tensión e intensidad, pero sin apenas golpes.
El choque comenzó con el CD Toledo tratando de controlar el balón y el Torrijos esperando agazapado atrás. Pero todos sus avances morían en el último tercio de campo, donde los verdiblancos fueron incapaces de quitarse la venda y encontrar ese último pase decisivo.
El damnificado fue un Javi Robledo que se convirtió en un naúfrago en busca de su propia comida. Una nueva muestra para Manolo Alfaro, quien sigue apostando por un único punta ante equipos que te ceden el balón y el centro del campo.
Fruto de ello, los primeros cuarenta y cinco minutos se convirtieron en un curso rápido de cómo amenazar sin gritar, de cómo ladrar sin morder. Sin ocasiones claras de gol, el partido fue un cúmulo de despropósitos en ataque, aunque el CD Toledo tuvo en todo momento un dominio territorial que, paradójicamente, sólo tradujo en peligro a través de balones parados. Alberto, primero, y Cubi, después, no acertaron en sus cabezazos tras adelantarse a sus respectivos marcadores en dos saques de esquina.
Por su parte, el CD Torrijos, más agresivo que de costumbre, se centró en buscar rápidas contras para mantener en alerta a una defensa verdiblanca que volvió a doctorarse. La mejor oportunidad torrijeña llegó tras un balón perdido en el que Sigüenza le ganó la posición a Alberto Martín. El central de la Torre de Esteban Hambrán no tuvo más remedio que derribar al punta rojiblanco cuando encaraba a Saavedra. La falta, en la frontal del área, la lanzó Aguilera, pero su disparo lo sacó la barrera verde.
Sin más historia, se dio paso a un segundo acto en el que Alfaro no dudó en dar oxígeno a Javi Robledo. Tanto Butra como Diego Carrillo se mostraron más incisivos y el Toledo tuvo mayor presencia en el área de Amaro.
Aunque, el mejor acierto del técnico toledano fue encontrar el talón de Aquiles de su rival. El Torrijos, sin su central y lateral izquierdos, se vio superado en todo momento por ese flanco. De ahí partió el primer tanto. Lumbreras perdió su segundo balón consecutivo al borde del área y Carrillo no perdonó. El extremo verdiblanco apuró la línea de fondo y le regaló en bandeja el gol a Butra, que sólo tuvo que empujarla.
Fue un golpe de inspiración del CD Toledo, en el que la presión, la velocidad en banda y la precisión se pusieron de acuerdo para abrir la lata. Una acción explosiva que difiere del fútbol de toque que persigue Manolo Alfaro, aunque ahora, lo más importante es seguir sumando.
Con el 0-1, el partido se rompió. El Torrijos se quitó todas las vergüenzas y se fue decidido a por el empate. La entrada de Roberto por el lateral izquierdo Alberto mejoró al Torrijos. Augusto Luna dio revoluciones a una banda izquierda que trajo en jaque a una defensa verde que cada vez se hacía más gigante. Dos acciones consecutivas de Tato y Aguilera pusieron en aviso a los capitalinos, que no encontraban el balón.
Buades, que comenzó pidiendo protagonismo, se fue diluyendo. Sin control, el Toledo pudo matar el partido saliendo rápido por las bandas. De nuevo, Carrillo volvió a ser la punta de lanza de los verdiblancos, aunque su centro lo desvió con la punta de los dedos Amaro cuando Javi Robledo ya estaba pensando en la celebración. Acto seguido, el punta visitante pudo hacer el segundo, pero Lumbreras le birló el balón.
A partir de ese momento, el Torrijos se embolicó y se fue a por el empate sin atender a razones. Estuvo a punto de lograrlo, pero el Espíritu Santo se le apareció a Saavedra. Buades y Cubi fallaron en el despeje y el balón le cayó muerto a Sigüenza a tan sólo dos metros de la portería. El delantero torrijeño se llenó de balón y envió la pelota a las nubes con Saavedra dando gracias.
En los últimos minutos, el Toledo se olvidó del balón y el Torrijos presionó con pelotazos en largo, pero la defensa verde volvió a demostrar que, hoy por hoy, es la mejor línea de todo el equipo. Malas noticias para Alfaro, que sigue creyendo que este Toledo puede lucir ?tiki taka?. Confiemos, siempre y cuando las victorias sigan llegando.
