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David Villa ya es el pichichi en solitario de La Roja Imagen subida por: andresavella
Granada lleva de fiesta desde que ayer aterrizaba en el aeropuerto Federico García Lorca nuestra selección. Una alegría en rojo y gualda se ha apoderado de sus calles llenas de fantasía, de su Albaicín mágico y romántico, de su Alhambra gitana y sultana. Esa alegría ha llenado Los Cármenes que estaba a reventar, pletórico, entusiasta. Y nuestra Roja, el equipo de todos los españoles, quería unirse a esa fiesta. Venía de ganar por la mínima a Colombia en un amistoso y de perder de forma dolorosa en otros dos amistosos ante Argentina y Portugal. Pero hoy la historia tenía que ser distinta, hoy se jugaba en Granada, uno de los talismanes de la selección que, una vez más volvió a serlo aunque con suspense puesto que fueron los checos los que se adelantaron en el marcador. Un latigazo de Plasil desde la frontal superaba a Iker por bajo, pegaba en el palo y besaba las redes. Tocaba remontar.
Los Carmenes no se vino abajo ni se achantó. Granada creía en España, estaba segura de que se voltearía el marcador, acostumbrada a las machadas del equipo de la ciudad en ese fortin que es el coliseo nazarita. Los Carmenes se enfundaron la camiseta con dorsal número doce y empujó a los chicos de Del Bosque. Así llegó la remontada con dos goles del Guaje Villa que se convierte en el pichichi de la selección, superando la marca que compartía con Raúl. La fiesta prosigue en Granada y se prolongará en una de esas noches felices de la ciudad, una de esas noches eternas en una capital donde la magia esta noche se llama España y se apellida Villa.