El Betis se pega un festín de Primera

El choque arrancó sin dominador claro, con dos equipos estudiándose y sin enterarse muy bien de qué iba la película. Si bien el Betis jugaba con más sentido, tuvo que esperar a una acción fortuita para desnivelar la balanza. Emaná cazaba un balón suelto en el área para disparar a puerta, pero su balón fue cortado con la mano por Cygan. El árbitro señalaba penalti claro y expulsaba injustamente al defensa del Cartagena, puesto que una amarilla hubiera sido suficiente ya que había más defensores tras el francés. Jorge Molina convirtió la pena máxima desde los once metros y adelantó a un Betis que ya tenía el choque de cara.

No obstante, el entrenador verdiblanco debía tener cautela con Iriney. El brasileño ya había visto una tarjeta a los 9 minutos y los jugadores cartageneros estaban buscando continuamente la expulsión del mediocentro del Betis. El error del árbitro en la expulsión quedó mentalmente compensado con el penalti no señalado a Jorge Molina cuando iba a rematar solo a puerta y fue trabado por un defensa visitante, lo que sí que hubiera supuesto la roja por ser el último jugador.

El resto de la primera mitad fue de claro dominio bético, pero sin terminar con claridad sus ataques para poner el punto y final a la contienda con un resultado más amplio. Cañas y Ezequiel ya calentaban en la banda desde la media hora por lo que pudiera pasar. Precisamente el extremo entraría en el descanso en sustitución de un gris Salva Sevilla.

Sentencia de Rubén Castro y cambio de Iriney

La primera ocasión del choque sería para el Cartagena con una galopada de Toni Moral que atajó en el mano a mano Casto. Viendo que la intención del conjunto visitante de expulsar a Iriney no variaba, Mel reaccionó y dio entrada a Cañas en lugar del brasileño. Un minuto antes el Betis mató el partido gracias a una gran internada de Emaná, que se fue del defensor cartagenero con suficiencia para darle el pase de la muerte a Rubén Castro para que marcara a puerta vacía.

El choque ya era un mero paseo para el equipo de Mel, que disfrutaba con un Cartagena derrotado. El éxtasis llegaría con un golazo de Emaná para grabar en vídeo. Sombrero de espaldas a Pablo Ruiz del camerunés para después empalmar una volea al fondo de la red. 3-0 y fiesta en la grada que se vería corroborada por una segunda expulsión en el equipo visitante. Víctor veía la roja directa por insultar al colegiado. Esa circunstancia la aprovechó el Betis para seguir dándose un festín muy conveniente para el goal average general marcando el cuarto gracias a una internada de Rubén Castro por la derecha que empujó a la red Jorge Molina.

Y el propio Molina completaría la goleada, el festín verdiblanco, con una triangulación con Rubén Castro que resolvió ante Casilla en el mano a mano. Tras el pitido final, euforia controlada al ver que el objetivo del ascenso está mucho más cerca.