Yo utilizo muchas veces un símil, la diferencia entre terminar octavo, noveno o décimo no existe, sin embargo el primero sí, el que gana el título es uno, por eso es tan difícil conseguir títulos y por eso el tiempo te da la perspectiva adecuada.

¿Cómo logró que el equipo llegara tan lanzado que ganar dos títulos llegase a parecer fácil?
El equipo consiguió unos automatismos muy buenos que te permitían afrontar cada partido con la confianza de que se podía ganar, a medida que el equipo crecía y se coordinaba lógicamente esa sensación aumentaba.

¿Cuál son por orden de prioridad las claves para conseguir un equipo así, calidad, trabajo táctico...?
Por encima de todo la calidad de la plantilla y no me refiero como calidad solamente técnica, también de concienciación y mentalidad. Es fundamental tener la mentalidad adecuada, las ganas de mejorar y luego tiene que tener una calidad individual que te permita conseguir los retos. Es un poco una amalgama de todo y luego se tiene que dar un ambiente adecuado, cuando un equipo funciona bien, la comunión con la afición, la gente que está detrás que muchas veces no nos acordamos, los empleados que están junto al equipo, cuerpo médicos, fisios, utilleros, toda la gente que está trabajando en el club, en las instalaciones. Yo recuerdo subir a tomar algo al restaurante y siempre tenías ese buen ambiente que hace que el equipo rinda más.

¿Todo esto se planifica o surge?
Tú planificas lo que quieres hacer, sobre todo cuando pasa el primer año y conoces mejor el entorno.

Porque imagino que cuando Benítez llega procedente del Tenerife ni sueña con ganar la Liga.
En ese momento llego con mucha ilusión, con mucha ambición, con muchas ganas de hacerlo bien pero sin marcarme un objetivo tan importante como podía ser la Liga. Yo me marco el objetivo de mejorar día a día y luego ver hasta dónde llegas, el partido siguiente es el más importante. Esa filosofíía que leo en muchos sitios que llevan ahora algunos equipos nosotros la teníamos clarísima. Con eso no tienes que ir mirando mucho a largo plazo, sino más a corto pero, sí hay una planificación y un proyecto.

¿Qué persona tiene más presente en los pensamientos de esa época?
Me acuerdo mucho de jugadores, de Españeta, de gente que trabajaba en el día a día y luego a nivel de directiva con el que podía tener más contacto era con Manolo Llorente, porque era el gerente y con el que tenía que discutir de dinero para cualquier cosa.

¿Cómo le llega la primera noticia de que puede entrenar al Valencia?
Me llama mi agente, Manolo García Quilón, y me dice «atento que hay posibilidades de ir al Valencia».

¿Cuántas posibilidades?
Un 25% me dijo. Entonces estoy con el Tenerife, surge el rumor y a medida que van pasando los días van aumentando las posibilidades.

A medida que van cayendo otros candidatos, ¿no?
Surge que está Javier Subirats que me conoce, que Manuel Llorente recibe información, que Pedro Cortés me conoce y tiene también buena información, y al final se juntan todas esas informaciones positivas y se toma una decisión.

¿Subirats es la primera persona del Valencia que habla con usted?
Javier es la primera persona del Valencia que habla conmigo, sí.

Tampoco sería muy difícil convencer a Benítez de que viniera al Valencia, ¿verdad?
No, no, la primera conversación que tuve con Javier, al que ya conocía de la época del sub´19 del Madrid, fue hablando de fútbol, un poco de todo. Él quería confirmar en persona lo que le habían dicho, simplemente tuvimos esa charla y después es cuando él lleva el nombre con garantías a la directiva.

¿Le preguntaría cómo estaba el equipo, porque venía de dos palos en la Champions?
No, no, no, sabía que era el Valencia, era un reto y que era un equipo grande y nada más, a partir de ahí confiaba mucho en lo que él podía decir y hacer pero no tenía mayor interés porque para mí era un reto y los retos me gustan.

Ha dicho que Subirats llevó el nombre a la directiva y fue entonces cuando la anécdota del consejero que preguntó si Rafael Benítez era...
El torero, sí, lógicamente conozco la historia pero no puedo controlar lo que se hacía en ese momento y también partía un poco de la propia división que había en esa directiva. De hecho, esa persona luego cuando ganamos estaba al lado mío en la foto el primero, ahí empujando.

¿Se encuentra lo que esperaba al llegar al Valencia CF?
Sí, me encuentro un buen equipo y empezamos a trabajar en los fichajes y demás. Yo en ese momento no tenía la esperiencia en el mercado que luego he ido adquiriendo con los años, de saber el valor de mercado de los jugadores y realmente cual el precio que se puede pagar, pero sí de las características y el tipo de jugadores que estábamos buscando, poco a poco fuimos ajustando la plantilla.

¿Volvería a apostar por De los Santos o tenía razón Jaime Ortí con lo de fichar a Sergio?
Sí, pero sabes que en ese momento era el medio centro defensivo más importante en España con muchísima diferencia. Tú puedes fichar al mejor jugador y sin embargo luego ese jugador llega y se presenta en un puesto y en un sitio donde a lo mejor no se adapta, donde no encaja por el entorno, porque la familia no está a gusto, por lo que sea, y ese jugador pierde esa capacidad que ha demostrado en otro sitio donde había encajado perfectamente. No quiere decir que te hayas equivocado con el fichaje, quiere decir que estás fichando una persona, no un mueble que lo mueves de un lado a otro y te da un resultado. Es una persona que tiene que adaptarse a un entorno, por eso el mejor medio centro defejnsivo que había en ese momento era Gonzalo de los Santos, lo fichamos y no fue bien entre comillas.¿Por qué? Porque Albelda lo hizo muy bien. Al final juegan once y en los momentos decisivos tienes que elegir un once que consideras más conveniente. Y Albelda fue creciendo y lo hizo bien.

?Lo de los muebles si le parece lo dejamos para más adelante...
(Sonríe) Muy bien.

¿Tuvo siempre el apoyo del vestuario?
Hay una encuesta que se hizo en la revista del entrenador español de fútbol en la que decían: ¿qué valoran más los jugadores de un entrenador? Por encima de todas las respuestas como número uno salió los conocimientos. Entones, la clave para que un vestuario te empiece a respetar es que tú demuestres implicación, que tú demuestres tu capacidad, tus conocimientos, y poco a poco el vestuario va confiando en ti. Evidentemente hay otros muchos factores que pueden condicionar pero los conocimientos, la ilusión y la entrega creo que los jugadores lo valoraron desde el principio.

¿Ha vuelto a hacer una temporada tan redonda como aquella del Doblete 2003/04?
Cuando estuve en el Liverpool, la Champions y demás, siempre es difícil decir si es mejor o peor. La de la segunda Champions en Atenas que perdimos la final y el año siguiente que hicimos 86 puntos en la Premier, son temporadas bastante completas. En Valencia terminamos me parece que de siete partidos seis victorias y un empate y en Liverpool de diez partidos nueve victorias y un empate, ahí sí hay un paralelismo. Una temporada que en una semana ganamos 0-1 al Real Madrid, 1-4 con el Manchester United, 4-0 con el Madrid y 5-0 al Aston Villa, son ese tipo de situaciones que se dan cuando un equipo funciona casi de memoria.

De memoria también funciona Rafa Benítez.
De esa me acuerdo bien.

¿Cómo fue el cambio de Valencia a Liverpool?
El primer año en el Liverpool me pasó un poco como a cualquiera, vas a otro país, otra cultura futbolística, tienes una función de mánager que no aprendí realmente hasta el año siguiente, tienes unas responsabilidades y un control de todo, pero tu falta de experiencia en ese cargo te hace trabajar como entrenador, bajaba al campo todos los días como lo haría cualquier entrenador en España y luego me iba a hacer trabajo de oficina, de planificación, hacía el trabajo de secretario técnico o director deportivo y si podía echaba una mano en el fútbol base, que en principio fue menos y luego ya más. Es muy difícil adaptarte y esa temporada que conseguimos la Champions todavía no éramos un equipo con mis ideas, con mis conceptos.

Oriéntenos ahora que el Valencia quiere volver a estar arriba, ¿por dónde se comienza a construir un equipo de ese nivel?
Después de tantos años de experiencia el modelo lo tengo ya muy claro, el modelo bueno es un buen mánager, porque tiene la capacidad de elegir a los buenos técnicos pero siempre hay una persona que tiene la responsabilidad. El problema de un mánager es que depende de un presupuesto, igual que le ocurre al secretario técnico en España, pero tú gestionas tu propio presupuesto y tus errores y tus aciertos son los que tú cometas como profesional, no dependes de una directiva, la responsabilidad es tuya. El modelo europeo, de secretario técnico y entrenador o director deportivo y entrenador no funciona muchas veces porque la implicación de la directiva que tiene que tomar decisiones no es una decisión profesional. Si la directiva elige al entrenador que no ha elegido el director deportivo al final ya empiezas con un conflicto. Tú eliges un entrenador que sea de acuerdo a tu idea futbolística y a lo que quieres que haga tu equipo, entonces el entrenador a la hora de fichar traerá jugadores que coincidan con la idea del director deportivo, cuando tú tienes un entrenador por un lado y un secretario técnico por otro algún punto de fricción surgirá seguro. Otras veces tienes un buen secretario técnico y un buen entrenador que tienen conexión y trabajan coordinados no hay problema.

¿Cómo funciona exactamente su trabajo como mánager vamos a decir a la inglesa?
El director ejecutivo del club te dice el presupuesto que tienes y tú a partir de ahí compras y vendes para hacer una plantilla, el dinero de las ventas lógicamente se invierte otra vez en la plantilla, y si no va bien eres tú el único responsable. Yo eso lo he visto con el tiempo.

¿Y no fue posible el consenso en Valencia sobre todo en el último año con García Pitarch?
Sí, sí, en muchos momentos. En los tres años hubo coordinación en un porcentaje muy alto, consenso, hubo algún problema pero... Me parece que fue la segunda temporada cuando Jaime Ortí tuvo que hacer el discurso con los aficionados y dijo «hemos ganado el título que se refuercen los demás», el problema es que no teníamos dinero, había que hacer un poco de encaje de bolillos. No siempre fichas lo que quieres, sino lo que puedes.

De ahí que al final Benítez tuvo que sentarse en una lámpara en lugar de en un sofá.
Es que tú estás diciendo creo que necesito ésto y ésto, y alguien te dice no, necesitas aquello y aquello... Al final eres tú el que le tiene que sacar rendimiento a lo que tienes, no es la otra persona, por eso esa compenetración es fundamental.

Es curioso que el verano previo a la temporada del Doblete fue precisamente el más complicado.
La realidad de los equipos de fútbol es esa, no puedes decir a los aficionados todo lo que sucede dentro del club, tienes que tratar de mantener la ilusión, tienes que hacer los fichajes que puedes dentro de tus posibilidades y a la vez venderlos bien para que el aficionado siga enchufado. La clave nuestra fue concentrarnos en lo deportivo lo más posible y sacarle rendimiento a la plantilla que teníamos.

¿Recuerda el verano de Samuel Etoo? ¿Por qué no se hizo?
Esa es otra historia complicada porque había una posibilidad pero surgieron algunas personas que se metieron por el medio y la operación no se podía realizar. Era una operación excesivamente cara, debo decirlo, que se podía haber hecho porque la directiva estaba dispuesta a hacer un esfuerzo si era necesario, pero no se pudo.

Del nos quedan dos meses de aguantarnos a la mejor temporada de la historia, ¿hay relación entre una cosa y la otra?
Sí, porque yo lo que buscaba precisamente era un revulsivo.

Pero eso fue en la segunda temporada y los títulos llegaron un año después.
Sí, esa frase se produce antes del partido contra el Inter en la Champions, si no me equivoco, entonces yo voy a rueda de prensa y como veo que el entorno no estamos todos de acuerdo en cual es el objetivo busco un estímulo. El director deportivo, García Pitarch, me dijo que corría el riesgo de desmotivar a la plantilla, pero yo entendía que en un partido de Champions de ese nivel la desmotivación no existe. Yo estaba forzando la situación para dar un empujón más si era posible. Nos eliminaron ganando 2-1 con 35 tiros a puerta, de diez partidos como ese habríamos logrado el objetivo en nueve.

Esa era la Champions del Valencia, la que dos años después se llevó a Liverpool.
Puede ser, era un partido que se podía ganar y que nos hubiese metido en las semifinales, luego la Champions lo que tiene es que cada eliminatoria te aumenta la motivación. Podía ser porque el equipo tenía entidad y confianza, luego en la Liga nos costó porque la Champions te quita mucha energía.

A todo eso se llegó por la remontada de Montjuic, ¿era consciente de que la destitución estaba ahí?
No, después del partido me dijeron que a Antonio López que estaba arriba lo dejaron solo en la grada, pero yo durante el partido y en el descanso no soy consciente, estoy centrado en mi trabajo.

Pero después de una semana de rumores y con 2-0 en el descanso, ¿pensó que ahí podía acabar la aventura?
No, nunca lo pensé, yo estaba bastante tranquilo en ese aspecto. Tengo siempre la convicción de que cada semana tienes la oportunidad de hacer un buen resultado y entonces van cambiando las cosas, eso también te lo dan los años, en el futbol los resultados lo cambian todo para bien y para mal.

¿Sigue con interés todo lo que está pasando en el Valencia?
?Sí, tengo amigos y mantengo un poco el contacto.

¿Qué le parece lo que le dicen?
Que seguimos con la incertidumbre en el club y eso no beneficia, la venta del club, indudablenente todo afecta porque la seguridad y la tranquilidad de los jugadores se ve influida por el entorno.

Benítez ha trabajado en varios clubes con modelo de un propietario y el Valencia entra ahora en esa dinámica, ¿qué cree que va a pasar?
Es muy difícil acertar porque lo que necesitas es que la persona que llegue tenga verdaderamente un proyecto, tenga interés no solo en el club con todo lo que engloba sino a nivel deportivo, porque ahí es donde hay que hacer la inversión al margen de lo que se pueda hacer a nivel de infraestructura, pero hay que hacer una inversión programada a nivel deportivo para garantizar una estabilidad. No es fácil porque todos los que llegan presentan el mejor proyecto posible pero luego la realidad es lo que dictará si se ha acertado.

¿Y cómo ha sido su experiencia con inversores de distinto perfil?
En Liverpool recuerdo que al principio todo parecía muy bonito, las promesas que se hicieron del estadio nuevo y el dinero que iba a tener a mi disposición, pero eso poco a poco se fue quedando en nada. Todo depende mucho de los intereses que tenga el propietario, lo ideal siempre es alguien vinculado al club con cierto sentimiento y la capacidad económica para sostener los gastos, pero no es fácil encontrar esa persona. En el caso nuestro te estoy hablando de gente que llega de otro continente donde el fútbol prácticamente no se conoce y las conversaciones que mantenía con ellos muchas veces eran increíbles. Te doy un ejemplo, me decía uno de los propietarios, «yo estoy dispuesto a darte cincuenta millones de libras para ganar el título y luego vamos al draft y fichamos dos jugadores». Y yo le decía que aquí no hay draft, o fichamos a los jugadores ya o nos los quitan los demás que tienen más dinero que nosotros. Ellos no entendían lo que era el funcionamiento de un equipo de fútbol y eso te complica más las cosas.

Alguna anécdota curiosa más.
No sabían por ejemplo que si las cosas van mal puedes descender. Le decías que vamos a jugar contra un equipo que se juega el descenso y va a ser un partido difícil, pero no sabían lo que era el descenso. Te condiciona todo porque el enfoque que ellos tienen no tiene nada que ver, es casi económico y tú tienes un enfoque deportivo-económico y al final no coincides casi en nada.

Recuerdo a Rafa Benítez celebrar la primera liga, también la segunda, pero la imagen que tengo de Göteborg es de cierta distancia con las celebraciones.
No me acuerdo, cuando ganas un título y más ese que era el segundo ese año, no había nada especial para no celebrarlo después de tanto trabajo, pero es inevitable, en la parte final del año empezaron los rumores y es difícil, pero yo en ese momento estaba comprometido al cien por cien y por eso se consiguió lo que se consiguió.

¿Cuando toma la decisión de marcharse?
?Después de esa fecha ya empiezan las conversaciones...

Habían comenzado antes ya.
Los contactos sí pero no las conversaciones en serio, ahí es cuando se empieza a saber dónde estamos y al final termina como termina.

Y dónde estábamos.
Estábamos en desacuerdo en la idea de lo que podía ser el futuro, en la manera de enfocarlo todo, de entender lo que había que hacer y cómo había que hacerlo. Es en lo que había discrepancias.

Pero era un momento incierto, venía un cambio con Bautista Soler, ¿qué impresión le dio?
Muy positiva, todo lo que me transmitía Bautista Soler era muy positivo pero la manera de enfocarlo era la clave, tú puedes tener muchas ideas y hay que encauzarlas bien, si no al final se van perdiendo.

Y se encauzaron mal.
Yo ya no lo puedo saber,no puedo valorarlo.

Los resultados dicen eso.
Sí, lo que ha ocurrido después te puede indicar que posiblemente fue equivocado, pero insisto en que yo tengo mucho respeto porque en ese momento pensaban que ese podía ser el camino y no es fácil, te puedes equivocar.

¿Le pasó por la cabeza que, más allá del acuerdo o desacuerdo con Llorente, podía ser el momento de cerrar la etapa del Valencia? ¿Habías puesto el listón demasiado alto?
No, porque el equipo tenía capacidad de crecer, el equipo tenía futuro, tenía posibilidades de ir hacia adelante.Yo no veía que hubiese terminado un ciclo ni nada de esto, de hecho se ganó la Supercopa. Recuerda que el equipo el primer año gana, el segundo baja pero luego vuelve a subir, yo tenía la confianza de que era un equipo joven que podía seguir creciendo.

Pero uno de los desencuentros era por su famosa frase de «caras nuevas» en lugar de renovar de por vida a los jugadores.
Por ejemplo Carboni era uno de los jugadores que renovó y era bastante mayor pero estábamos completamente de acuerdo porque te aportaba, lo importante era siempre tener algún jugador que llegase con energía para mantener la intensidad y el nivel que nosotros queríamos.

¿Le dolió la frialdad de Albelda cuando su despedida?
No estaba yo muy centrado pero entiendo que en el entorno en el que estaba él y por cómo se produjo de alguna manera creo que él se puso de un lado porque no conocía la realidad y no tenía toda la información, pero pasado el tiempo dices, bueno, si está ahí y la información que le llega lógicamente es solo desde un lado, puede ser hasta normal que esté más decantado hacia ahí.

¿Hubo, como se dijo, una mala relación con jugadores?
No, no, yo tenía bastante buena relación con la mayoría de los jugadores, siempre habrá alguno que no esté contento si no juega pero sigo manteniendo muy buena relación con muchísimos de esos jugadores, de hecho Pellegrino, Ayala, Rufete, Baraja, Cañizares, Curro Torres, Sánchez, cualquiera de ellos que me he encontrado siempre he mantenido buena relación.

¿Le ha sorprendido que primero Pellegrino y después Djukic no hayan encontrado la tecla en el Valencia?
Cada situación es distinta, cambia también el escenario del fútbol español porque tanto Real Madrid como Barcelona se han separado mucho y eso hace que haya más frustración, ansia, ahora ha surgido el Atlético de Madrid pero no es lo normal y casi todos los equipos daban casi por imposible llegar a ese nivel, eso en Valencia después de una etapa de éxitos siempre es difícil de aceptar.

¿Qué opina de Rufete?
Por lo que he hablado con él es serio, es trabajador, tiene unas ideas, creo que ha mejorado en muchas de las cosas que ha emprendido. Creo que es alguien que tiene ilusión, ganas de trabajar y eso siempre será un aval.

Rufete, Ayala, Angulo, Curro... ¿qué cree que está buscando el Valencia CF con estos nombres?
La experiencia de gente que lleva muchos años en el fútbol, que ha ganado títulos y conoce la casa. Yo creo mucho en la capacidad de la gente que está, no tanto en los nombres, creo que el nombre ayuda mucho al inicio pero luego la capacidad es la que te mantiene en los cargos. En este caso como es fútbol y ellos conocen la ciudad, el equipo, tienen una ventaja a priori y vamos a ver si poco a poco se consolida ese nivel que yo creo que tienen.

Para la gente que no le sigue, ¿qué entrenador se encontraría si Benítez volviera al Valencia?
Seguro evolucionado porque cuando vas cogiendo experiencia, a mi me gusta decir que la experiencia no es lo que te pasa sino lo que haces con lo que te pasa. No es lo que tú vives sino cómo lo asimilas y qué haces luego con todo eso. Creo que son muchos años ya adaptándome a muchas situaciones, corrigiendo defectos, quizá acentuando algún otro pero en general manejando situaciones con más tranquilidad y con un análisis mucho más a largo plazo y desde fuera. Ahora cuando veo muchos problemas en cualquier equipo de los que he entrenado trato de salirme un poco, echarme hacia atrás, ver la situación y pensar en el futuro, así creo que es más fácil acertar.

¿Nápoles va para largo?
Nápoles es un sitio especial, con muchas similitudes a Valencia y a Liverpool porque tienes que pelear contra equipos con mayor presupuesto, contra capitales que tienen más habitantes y más poder. Eso me gusta, luego hay que ver también la ambición que tiene el club para crecer y tratar de dar pelea a equipos que están por arriba.

¿Volverá? ¿Volvería?
Sí, mi hija es valenciana y mi recuerdo de Valencia es muy bueno, con ella en la falla...Todo es muy positivo pero lo que hay que ver es si eres capaz de encontrar el entorno adecuado.