La tercera dimensión del Espanyol

Marca.- El Espanyol está a la vanguardia de los equipos de la Liga y del mundo en cuanto a prevención de riesgos de lesiones. Utiliza tecnología que está al alcance de muy pocos clubes y profesionales para evitar que los jugadores pasen por la enfermería o el quirófano. 

Hace más de tres años que ningún blanquiazul tiene una dolencia destacada, mientras está bajo su disciplina, y su secreto está en los test, exámenes, controles y ejercicios que médicos y técnicos programan gracias a la pruebas isocinéticas, las tensiomiografías o los análisis en tres dimensiones de gestos, saltos y desplazamientos a los que se someten los jugadores. Es el equipo de Primera que realiza los estudios más completos. El objetivo: minimizar el riesgo de lesiones, sobre todo en las rodillas y la zona isquiotibial.

Además de las pruebas médicas habituales, como las de esfuerzo, las analíticas y los ecocardiogramas, que valoran la aptitud de los jugadores para la práctica deportiva, el Espanyol somete a sus futbolistas, desde hace tres años, a pruebas que analizan los principales factores de riesgo. 'Los resultados influyen en el rendimiento en el sentido de que si evitamos la lesión aumentamos la disponibilidad del futbolista. Se trata de fortalecer los músculos, ganar elasticidad, equilibrio muscular...', comenta Antonio Turmo, jefe de los servicios médicos del Espanyol. 

De hecho, gracias al doctor, el Espanyol realiza estas pruebas, ya que las hace en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat, instalación para la que también trabaja y que colabora estrechamente con la entidad de Cornellà. Pero el éxito radica en que todo el staff médico (doctores, recuperadores, fisioterapeutas...), técnicos y jugadores son conscientes de la importancia de los resultados y las medidas a tomar en función de ellos.

Especialmente destacados son cuatro exámenes: el test de fuerza e isocinética, que valora la fuerza y los balances musculares; los análisis en tres dimensiones de gestos que recogen los saltos y desplazamientos y permiten estudiar la coordinación neuromuscular; las tensiomiografías, que son test de contractilidad muscular que valoran el tono y tiempo de reacción; y los exámenes de fuerza lumbar.

Trabajo individualizado.

Son estudios exhaustivos a los que someten a los jugadores una vez al año. Con los datos obtenidos programan trabajos individualizados. Por ejemplo, esta temporada, Lucas Vázquez, Montañés y Álvaro, tres de los fichajes de esta campaña, han obtenido unos bajos resultados de masa muscular en la zona isquiotibial y el cuádriceps. 'Nunca antes me había sometido a este tipo de pruebas, y la verdad es que son muy útiles porque yo, por ejemplo, no sabía que tenía esa carencia. Nunca lo hubiera imaginado', comenta el ex del Zaragoza. 

La plantilla se divide en grupos: la mayoría hace ejercicios de core que refuerzan la zona del pubis, otros los realizan específicos de prevención de lesiones en la rodilla, algunos intensifican la musculatura isquiotibial, otros, la lumbar...

'Cada mañana tenemos en el vestuario un listado con lo que nos toca hacer a cada uno, además del entrenamiento colectivo', explica Montañés. Pero estas pruebas no solo sirven para evitar lesiones. También son básicas en la prevención de recaídas, otra losa de la salud futbolística.