El Sporting vuelve a empatar

: Juan Pablo(1); Luis Hernández(0), Bernardo(1), Borja(1), Canella(1); Mandi(1), Nacho Cases(0), Trejo(1); David(0), Bilic(0) y Sangoy(1)

SUSTITUCIONES:Carmona(0) por Sangoy, Guerrero(sc) por David y Carmelo(sc) por Borja.

MIRANDÉS: Goitia(3); Garmendia(1), Ko(2), César Caneda(1), Agustín(1), Alain(1), Mujika(2), Pablo(1), Javi Soria(1), Rúper(1) y Díaz de Cerio(0).

GOLES: 1-0 Trejo. 1-1 Mújica

INCIDENCIAS: Arbitró David Medié Jiménez del colegio catalán.

La mala puntería y los errores defensivos volvieron a condenar a un Sporting que ni con 21 tiros a puerta fue capaz de vencer al Mirandés. El gol de Trejo fue contrarrestado con un tanto de Mújica tras errar L.Hernández en el despeje y el resto del encuentro fue un querer y no poder por parte de los rojiblancos, que siguen en zona de nadie, en la soledad más absoluta.

La historia interminable. Cómo si de un bucle infinito se tratara, el Sporting volvió a ser víctima de sí mismo un partido más. Enfrente, un Mirandés que mostró sus carencias desde el principio pero que tuvo tiempo para desnudar las de los rojiblancos también, envueltos en una espiral de errores interminable que condena cualquier atisbo de mejoría en el conjunto de Sandoval. Los rojiblancos comenzaron mandando en el terreno de juego, buscando la portería de un Goitia excepcional sólo superado por un remate de cabeza de Trejo al cuarto de hora de partido. El Sporting llevaba el peso de un choque con muchísimas imprecisiones y sin un dueño claro. El centro del campo gijonés estaba hecho jirones, con un Mandi batallador y revolucionado y un Nacho Cases acomodado e irrelevante. No existe a día de hoy una referencia en la parcela ancha que pida el balón, lo distribuya y oxigene el juego del equipo. Ese agujero en la zona media llevó al Mirandés a acercarse por los dominios de Juan Pablo, aprovechando el nerviosismo imperante en los locales cuando el rival supera la línea de tres cuartos. La tuvo Infante en una mala salida de Juan Pablo y luego Mújica aprovechó un error garrafal de Luis Hernández para poner las tablas en el luminoso.

No existía ni pausa ni fluidez en los de Sandoval, que atacaban en oleadas, empujando al Mirandés hacía su portería. Los fallos en los metros finales volvían a condenar a los asturianos, incapaces de perforar la portería visitante. Ni Sangoy, ni David, ni Bilic eran capaces de adelantar a su equipo a pesar de las ocasiones creadas. El croata tuvo el segundo justo antes del descanso a la salida de un córner pero Mújica, con Goitia batido, sacó bajo palos.

El segundo tiempo fue más de lo mismo con una ocasión clara por parte de Bilic que erró como en todo el partido y con un equipo falto de ideas y con un gran vacio entre la linea de medios y la delantera. Tambien llamó la atención la falta de puntería y los errores defensivos. Por parte del mirandés un partido muy serio sabiendo de sus carencias y con las actuaciones estelares de Pablo siendo un problema para Hernández y del portero