Las rotaciones tampoco frenan al Arsenal.

2-0 en el Emirates. El Hull City (10º con 17 puntos, 4 por debajo del Tottenham antes de comenzar la jornada) visitaba Londres como líder de la otra Premier, la liga de todos los equipos cuyo objetivo no es otro que el de mantener la categoría. Tras conseguir una victoria de mérito ante el Liverpool en el KC Stadium -con actuaciones más que notables de Curtis Davies (baja por acumulación de tarjetas), Tom Huddlestone y Yannick Sagbo-, el cuadro de Steve Bruce tenía poco que perder y mucho que ganar en su desplazamiento al Emirates. Un estadio del que nadie había conseguido sacar ni un solo punto desde el 17 de agosto (Aston Villa). Ellos tampoco lo lograron.

Arsène Wenger nos engañó a todos en las dos últimas semanas. Cuando se refirió a las rotaciones, el técnico alsaciano dejó claro en varias ocasiones que no haría más de dos o tres cambios -textual- porque demasiadas modificaciones alteran la armonía del equipo, se pierde firmeza y eso puede acabar costando puntos. Pues bien, Rosicky, Flamini, Monreal, Jenkinson y Bendtner fueron titulares y Wilshere, Arteta, Gibbs, Sagna (fuera de la convocatoria por molestias musculares) y Giroud no entraron en el 11 inicial. Los cambios no se notaron demasiado: los gunners salieron en tromba, recuperaron la pelota muy arriba y la movieron con velocidad y fluidez. Ramsey la toca en profundidad para la subida de Jenkinson, Jenkinson no controla la pelota sino que pone un centro medido y con fuerza al punto de penalti y Bendtner cabecea con solvencia subiendo el 1-0 al marcador.

Aaron Ramsey es el motor. Dinamizó el juego y ofreció siempre una salida a las asociaciones en corto entre Cazorla y Özil. Apoyó en todo momento a Bendtner para que el danés tuviera un pase sencillo a la hora de descargar el juego e imaginó y ejecutó balones medidos imposibles entre lineas -así llegaría el segundo gol del Arsenal: Aaron para Mesut que define raso a placer-. Un partido más, fue indetectable.

Tanto Livermore como Huddlestone (el mejor de los visitantes) tenían la lección bien aprendida pero no consiguieron frenar al galés, casi nadie ha podido hacerlo en la presente temporada. El Hull City capeó el temporal como pudo hasta el minuto 30 de la primera parte e incluso llegó con peligro a las inmediaciones del área local al borde del descanso, pero acabó engullido por el timing de un Ramsey sin frenos, absolutamente desatado.

Steve Bruce intentó cambiar el discurso inicial cuando había transcurrido una hora de partido: retiró a Graham y a Brady e introdujo en el campo a Boyd y Rosenior. No consiguió alterar demasiado lo visto hasta ese momento, el ritmo lo impuso el centro del campo londinense y las ocasiones, no demasiadas, fueron para los locales. Tampoco Gedo, que sustituyó a Sagbo en el minuto 73, ofreció algo diferente.

Wenger sí que consiguió mantener la intensidad de su equipo: Walcott se situó en punta -por Bendtner- y Wilshere en la izquierda -por Rosicky-. Ambas sustituciones, incluso la entrada de Arteta por Ramsey, contribuyeron a que el Arsenal no se fuese del encuentro, ofreciendo una buena imagen hasta el pitido final.

El Arsenal se va a los 34 puntos y sigue líder. El Hull Ciy cae dos posiciones en la tabla y se sitúa por detrás de Aston Villa y Swansea City. Y la Premier no para, los gunners recibirán al Everton de Roberto Martínez el próximo domingo y el cuadro entrenado por Bruce viajará a Gales para encontrarse con el Swansea de Laudrup el lunes por la noche.