El lateral del momento.

Hace unas semanas, en pleno análisis televisivo de Sky Sports, Carragher y Gary Neville dialogaban sobre un detalle táctico cuando el ex del Liverpool dijo una frase muy certera para picar a su compañero, algo que hacen semana tras semana: 'No one wants to grow up to be Gary Neville!' (Nadie quiere crecer para ser Gary Neville). Lo que Carragher quería explicar era que había dos tipos de laterales: un central fallido o un extremo fallido, es decir, que los laterales se hacen, no nacen, que hay muy pocos futbolistas que quieran ser laterales y que si uno mira algunos casos probablemente tenga razón, pero ése es otro tema.

Coleman no era lateral. Todas sus primeras apariciones con la camiseta del Everton llegaron jugando más adelantado, de volante o de extremo. Era joven y desconocido cuando llegó a Goodison Park: la cantidad que Moyes pagó por sacarlo del Sligo Rovers irlandés fue irrisoria. 60.000 libras por un chico de 20 años. Tras un inicio lento y sin hacer ruido, además de una cesión al Blackpool del ascenso, Coleman volvió al Everton para tener cada vez más minutos, aunque la mayoría eran como revulsivo, entrando en segundos tiempos en la banda derecha.

'Al llegar con 20 años, no demasiado niño, me permitió jugar muchas semanas en la liga irlandesa en lugar de la academia, por lo que me ayudó bastante. Sin embargo, al venir aquí, gente que era un par de años más joven que yo estaba millas por delante de mí en el aspecto técnico. Había mucha diferencia'. El punto de inflexión llegó, definitivamente, en la temporada pasada tras haberse perdido la Eurocopa: 'No fui porque no estaba jugando del todo bien. Me ponían de volante derecho y, en ese momento, McClean estaba a tope y también jugaban Duff y McGeady'.

El primer curso completo como lateral derecho fue más que satisfactorio. Coleman por la derecha y Baines por la izquierda se confirmaron como dos de los mejores laterales de la Premier League. Un año más tarde, esa frase que antes los incluía como candidatos es ahora una realidad. La llegada de Roberto Martínez ha conseguido que el papel de ambos sea aún más decisivo. Los toffees atacan por la banda izquierda en un 40% de las ocasiones, mientras que por la derecha lo hacen en un 33%, siendo uno de los clubes que menos progresan por el centro, según datos de WhoScored. Quien brilla este año es, sobre todo, Coleman.

'Coleman ha creado al menos dos buenas oportunidades en cada partido. Está creciendo en términos de fabricar jugadas, también en el juego posicional y, en definitiva, como futbolista. Es un chico joven pero su techo es el cielo', Roberto Martínez.

Con la nueva versión de Coleman y la llegada de Deulofeu -a pesar de que ahora se encuentre lesionado- el Everton ha ganado algo de lo que carecía: desborde en tres cuartos. Tanto el irlandés como el español son de los pocos que una vez llegan al área buscan driblar a su par para sacar el centro o el disparo, forma en la que han llegado muchos de los goles este año. Por eso mismo, uno de los datos más esclarecedores de la situación de Coleman es su número de goles a estas alturas de temporada: 5 en liga y 1 en FA Cup.

'Su número de goles en esa posición es... Y encima no es que haya tenido suerte, ¡es que las ha mandado a la escuadra!', Roberto Martínez.

'A Roberto le gusta que vaya al ataque, quiere que marque goles. Recuerdo que en el primer partido de la temporada, en el descanso, me enseñó en la televisión una jugada y me dijo: 'Tienes que estar ahí cuando Bainesy centre' y marqué mi primer gol en el segundo tiempo porque llegué al área, algo que no habría hecho un año antes', Coleman.

Hace 12 meses, Coleman firmó su renovación con el Everton hasta el verano de 2018. Sin embargo, su buen rendimiento ya hacen pensar en una nueva mejora de contrato. Pocas 60.000 libras han sido mejor invertidas que las que se le pagaron al Sligo Rovers.

'Su rol en el equipo está creciendo, cada vez es más importante. Ha estado sensacional. Se merece una mejora de contrato y estoy seguro de que en verano trataremos este asunto', Roberto Martínez.