El Girona mantiene el pulso.

El Girona está más cerca de Primera división. Los pupilos de Pablo Machín vencieron en uno de los derbis catalanes de Segunda al Barcelona B y ponen la directa hacia la Liga BBVA, a la vez que hunden las esperanzas del filial culé de salvar la categoría. Sandro adelantó a los locales, pero la insistencia ofensiva de los rojiblancos dio la vuelta al marcador, hasta el punto de ponerse 1-3. Adama recortó en el tramo final, pero de nada sirvió el tanto para un Barcelona que se queda penúltimo en la tabla.

Así, pronto se puso por delante en el electrónico el Barça B. Sandro recibió en tres cuartos, encaró y sacó un latigazo directo a la escuadra izquierda de la portería defendida por Becerra (6'). El tanto pareció espolear al filial culé, ya que poco después Munir la tuvo de cabeza tras una internada por el flanco izquierdo de Patric, pero no fue así.

Con el paso de los minutos, el Girona se hizo grande a la vez que el Barcelona pequeño. Encabezados por Mata, Sandaza y Granell, y ayudados por un incisivo Juncà en banda izquierda, el Girona comenzó a acechar la meta de Suárez.

Así, pasados los veinte minutos Mata reclamó un penalti por agarrón de Gumbau, tal vez no lo suficientemente fuerte como para señalar la pena máxima. Poco después fue Sandaza el que probó suerte. Tras una pérdida de Halilovic en la frontal del área rival, el Girona lanzo un contraataque que Sandaza quiso culminar desde el centro del campo. El 21 del Girona elevó el cuero por encima de Suárez, aunque éste, retrocediendo y prácticamente sobre la línea, evitó el tanto del empate.

Un Girona certero de cara a puerta
A gritos pedía el descanso el Barcelona B, superado una y otra vez en defensa por los hombres de Pablo Machín. Granell, Richy y Mata, éste en un mano a mano, tuvieron en sus pies un empate que no llegaría sino por un error defensivo del conjunto local a las puertas del descanso. Samper se confió y perdió el esférico ante la presión de Mata. Solo ante Suárez, definió por bajo poniendo el merecido empate y batiendo por fin a un buen Suárez.

Con el inicio de la segunda mitad, la esperanza culé acabó por diluirse. El Girona se mostró certero de cara a puerta y sentenció el choque antes de llegar al minuto 10 del segundo tiempo. Primero, Eloi cazó un rechace en la frontal del área para darle la vuelta al marcador de un potente disparo raso (47'). Poco más tarde, y tras un despiste culé, llegó el gol de la sentencia ante un Barça ya sin alma.

Cifuentes recuperó en tres cuartos y centró al corazón del área. Allí, Sandaza se elevó por encima de la zaga culé para estrellar su testarazo en el palo derecho de Suárez (54'). Por fortuna para él, el rechace cayó a sus pies, anotando el 1-3 ante una defensa ya vencida. Peor pudieron ser las consecuencias del vendaval gerundense, ya que Cifuentes volvió a toparse con el palo unos instantes después, tras deshacerse de un Suárez que se había quedado a media salida.

Tardía reacción culé
Solo entonces despertó el Barça B, aunque aparentemente tarde. De forma casi inofensiva comenzó a acercarse el filial a la portería de Becerra, hasta que la entrada de Adama añadió algo de mordiente al ataque del equipo culé. Él mismo fue el encargado de recortar distancias tras un tanto anulado a Sandro por un fuera de juego dudoso. Adama recibió en el flanco derecho, se introdujo en el área y batió a Becerra por el palo largo (80').

De ahí al final, y con el marcador final en el aire, ambos porteros se vieron exigidos al máximo, manteniendo hasta el pitido final la incertidumbre del resultado. Pero de nuevo, fue el Girona el que más acertado se mostró. Un paradón a mano cambiada de Becerra mantuvo viva la esperanza culé, aunque pronto se encargó de matarla Cifuentes, aprovechando un rechace de Suárez a un potente disparo de Felipe Sanchón y poniendo la puntilla definitiva (90'+1) a un Barça B al que se le acaban las oportunidades.