A García Macua le crecen los problemas

No vive buenos días Fernando García Macua. Tras su implicación en el caso Iurbenor, en el que aparecía como imputado por los delitos societarios de la sociedad que presidía Jabyer Fernández y de la que el presidente del Athletic era asesor legal, varios miembros de la Junta Directiva rojiblanca han mostrado su malestar por la actuación del máximo representante institucional a la hora de gestionar el club rojiblanco, sobre todo, en los asuntos de mayor trascendencia.

Ese grupo de directivos, que han mantenido varias reuniones privadas para calibrar sus posturas y acciones, está formado por la secretaria de la Junta, Mónica Durango; el vicesecretario, Jon Lertxundi; el tesorero, Gonzalo Sánchez, y los vocales Sandra Aurtenetxe, Jorge Alejandre y Carlos del Campo.

En una de las primeras reuniones de este grupo, que tuvo lugar en los primeros días de mayo, varios de los presentes plantearon la posibilidad de presentar su dimisión a García Macua, situación que quedó desechada más tarde. Sin embargo, ninguno de ellos acudió a la cita que la entidad rojiblanca realizó con José Luis Bilbao, cuando el diputado general de Bizkaia acudió a Lezama para fotografiarse con todos los jugadores del club.

Esa posibilidad de dimisión colectiva colocaría a García Macua y a los siete directivos que le respaldan en su directiva en una posición delicada. Si desde la dimisión de Joseba Intxaurraga, la junta que preside el abogado bilbaino no cumple con los estatutos del club, que indican en su artículo 36 que el número de directivos debe ser impar, con la marcha de estos seis miembros dejaría de cumplir otro de los puntos del mismo artículo que establece que el número de directivos oscile entre 11 y 21.

El presidente, que aseguró a DEIA "no tener constancia de la existencia de un grupo crítico dentro de la Junta Directiva", se escuda en que la próxima Ley Vasca del Deporte no contempla ninguno de estos dos requisitos. García Macua sí reconoció que existen diferencias de criterio dentro de su grupo de trabajo al frente del Athletic, pero las catalogó de "normales en este tipo de órganos. Siempre hay gente que después de tres años de trabajo puede tener opiniones diferentes, pero no es nada que se salga de lo normal".

Lo que sí dejaron claro tanto las fuentes del sector crítico como el propio presidente es que "los avales no son el problema". Mientras uno de los componentes del primer grupo aseguró que "este año hemos avalado nosotros el presupuesto", García Macua aclaró que "efectivamente, hasta la pasada temporada era Jabyer Fernández el que avalaba prácticamente la mitad del presupuesto, mientras que el resto lo cubríamos entre tres directivos". Sin embargo, la crisis surgida entre el empresario santurtziarra y el abogado bilbaino ha hecho que esta temporada "hayamos sido todos los directivos, en partes diferentes, los que hemos tenido que avalar", el 15% del presupuesto, una cantidad cercana a los nueve millones de euros.

PLANCHA ALTERNATIVA Aunque el sector crítico de la directiva deponga su postura y no presente la dimisión, varios de sus miembros han comenzado a realizar contactos a los más altos niveles, con el fin de plantear la posibilidad de crear una candidatura alternativa para las elecciones que tendrán lugar al término de la próxima temporada. Dicha candidatura, que tendría a Gonzalo Sánchez como una de las cabezas visibles, también habría tocado a un representante del Ayuntamiento de Bilbao para que diera su apoyo a la lista.

García Macua aseguró que "no me consta que algunos de mis directivos puedan plantear una plancha alternativa para las próximas elecciones", a las que el actual presidente del Athletic plantea volver a presentarse porque "existen proyectos atractivos y significativos como para optar a una reelección".

El verano se presenta como crucial para el devenir de la Junta Directiva. A la vuelta, Fernando García Macua deberá rendir cuentas ante la Asamblea de Socios Compromisarios de la gestión de esta temporada, además de hacer el balance para la última campaña de su mandato al frente de la entidad rojiblanca. De cuántos apoyos tenga, dependerá su último curso en el cargo.