Arturo Vidal soñaba con jugar en el Real Madrid

Arturo Vidal es el futbolista deseado por cualquier técnico. Todo garra y corazón, clase y entrega. Un guerrero que ha llevado a la Juventus a estar a un paso de conquistar su tercer Scudetto consecutivo. No hay grande de Europa que no se haya fijado en el chileno. Pero desde pequeño, su camino siempre ha apuntado hacia una sola dirección: Madrid. Así lo desvela el libro 'Vidal, su historia', del periodista Nicolás Olea, que narra la trayectoria de este jugador desde el primer campo de tierra en el que jugó, del club Rodelindo Román, hasta sus tres últimas temporadas triunfales en Italia.

En la población El Huasco, donde residía la familia de Arturo, los partidos del conjunto blanco se vivían como una religión, cuando Iván Zamorano volaba para cabecear los centros de Amavisca. Vidal terminó por sellar su amor al equipo merengue con el juego de los llamados 'Galácticos', los Figo, Zidane, Ronaldo o Beckham.

'Su sueño siempre fue jugar en el Real Madrid', recuerda en el libro Nelson Pizarro, utilero del Colo Colo. '¿Pero en Italia no te gustaría?, le preguntaba. No, yo quiero en el Real Madrid'.

Olea dedica precisamente uno de los capítulos finales de la biografía de Arturo Vidal a su relación con el club de Chamartín, registrando testimonios de compañeros, amigos, familiares y entrenadores. Uno de ellos, Hugo González, técnico de cadetes del Colo Colo, revela lo cerca que estuvo el centrocampista de llegar al Bernabéu. 'Arturo tenía ganas de llegar al Real Madrid. Cuando sonaba ahí, él se entusiasmó. Pero no le dejaron irse (...) estaba listo en la parte económica con el Real Madrid', asegura.

Desde Chile, Nicolás Olea asegura que Vidal es más jugador del Madrid que del Barcelona, por su estilo. 'Este debería ser el mundial de Vidal. Si Arturo la rompe, no le va a quedar más remedio al Madrid que comprarlo', asegura el periodista, que se pasó un año recopilando testimonios sobre el 'Rey Arturo', para formar este relato vibrante sobre su carrera. 'No me lo imagino siendo reserva. Si va, va con la camiseta de titular puesta'.

El mejor futbolista chileno de la historia

'Hoy Arturo puede emular lo que hicieron Iván Zamorano y Marcelo Salas... e ir más allá. No tiene límites', afirma David Trezeguet, uno de los más de 20 personajes del mundo del fútbol que ayudan a desgranar la personalidad y carácter del 'todoterreno' de la Juve.

Pero antes de convertirse en el mejor jugador de Italia, Vidal pasó por dificultades para adaptarse al fútbol europeo. Fue Jupp Heynckes el hombre clave para conformar en el Bayer Leverkusen el jugador por el que hoy se pelean los más grandes.

'Heynckes sabía español. Sintonizó mucho con él. Antes de llegar él, tuvo muchos problemas de indisciplina. No se llevaba bien con los técnicos. Pero con Jupp cambió todo. Le dio un lugar en el campo. Dejó de ser ese jugador polifuncional que hacía todo bien y le dio la libertad. A partir de ahí, da el salto al Arturo Vidal que es ahora', afirma Olea.

Las dificultades y la superación fueron conformando una personalidad controvertida, espontánea y ganadora. Su aspecto e imagen a veces no le han jugado a favor. Pero a Vidal no le preocupa. Ese carácter indomable lo ha demostrado en todos los equipos en los que ha jugado, sin miedo de a quien se enfrentaba. En Alemania le quitó los lanzamientos de penalti a Ballack. Al llegar a Turín, preguntó quién era el encargado de tirarlos. Del Piero o Pirlo eran los encargados. 'Dámelos a mí si quieres salir campeón', le dijo Vidal a Antonio Conte.

La otra pasión de Vidal

'Arturo no tiene el peso para ser jockey y lo lamenta, porque le encantaría', recuerda Nico Olea. Desde pequeño Vidal demostró una gran afición por la hípica y los caballos. A los 12 años ganó 40.000 pesos (unos 50 euros) en las apuestas. Mucho dinero por aquel entonces para su familia. Hoy en día es un criador experimentado. Tiene sus caballos, que compra y cría junto a otros inversores. Casi todos tienen un nombre especial, que guarda relación con su carrera futbolística: Sonobianconero, Leverkussen o Forzajuve.