El kazajo gana, a sus casi 39 años, la victoria más importante de su carrera
El colombiano Rigoberto Urán y el noruego Alexader Kristoff completan el podio
Los españoles no pudieron optar a medalla pese a tener tres hombres en la fuga


Alexandre Vinokourov dio la campanada en la prueba en ruta de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 al imponerse, con total sopresa, en una jornada loca donde los españoles, que se metieron bien en la escapada decisiva, no pudieron dosputar las medallas. El colombiano Rigoberto Urán se cuelga la plata y el noruego Alexander Kristoff, el bronce.

El ciclismo volvió a demostrar que es uno de los deportes más imprevisibles. Cuando todo el mundo prácticamente daba por hecho un triunfo de Mark Cavendish o por lo menos una llegada masiva, los corredores se encargaron de dinamitar una prueba que tuvo un emocionante final donde los españoles, que tenían hasta tres representantes en la escapada buena, no pudieron hacer nada.

Con un recorrido de 250 kilómetros que empezaban y acaban en las inmediaciones del Palacio de Buckingham, la carrera tuvo mucho movimiento desde el principio. Una numerosa escapada donde marchaba Jonathan Castroviejo cogió una importante ventaja en los primeros compases y así se llegó al circuito de Box Hill, donde estaba situado el repecho de 2 kilómetros al 5,7% que no acabó por decidir el resultado final.

Pese a la caída de Fran Ventoso, que logró seguir en carrera, nuestras opciones seguían intactas. En el pelotón, Gran Bretaña lideraba el gran grupo con clara superioridad ayudada por momentos por los alemanes. Ambos estaban interesados en un sprint final y las diferencias con los fugados se estabilizaron durante casi toda la jornada.

Cuando restaban más de 100 kilómetros para la meta empezaron los movimientos. Hombres como Gilbert o Nibali querían probar desde lejos conscientes de que esa era su única posibilidad de colgarse un metal. Y cuando restaban unos 70 para meta, los dos grupos se unieron. Sin embargo, no fue hasta que terminaron de dar las nueve vueltas al circuito cuando todo empezó a definirse.

Un nuevo ataque en el pelotón sirvió para que hombres como Luisle, Valverde y Cancellara conectaran con los de delante y las posibilidades de los sprinters se esfumaban. Froome primero y Wiggins después, dejaban a Cavendish solo ante el peligro y su opción de ganar el gran reto de su carrera eran ya casi nulas. El endendimiento en la fuga era bueno.

Las opciones españoles aumentaban incluso cuando, a falta de 16 kilómetros, Cancellara, que lideraba el grupo, cogía mal una curva y se iba al suelo perdiendo toda opción de medalla y haciendo peligrar seriamente su participación en la prueba contrarreloj. Un rival menos, y de entidad, en una aventura donde estaba todo por decidir.

Conscientes de que se jugarían todo entre ellos, a falta de 8 para meta, Rigoberto Urán lanzó un duro ataque que sólo fue respondido por Vinokourov. Los dos se iban en solitario y el resto de escapados no quisieron entenderse para darles caza, lo que les dio un amplio colchón que fue clave para sus aspiraciones. Ni Luisle ni Valverde se ponían de acuerdo a la hora de darles caza y así se llegó a la recta final.

Urán, que marchaba primero, giró la cabeza para ver la distancia que tenían con sus perseguidores y fue en ese momento cuando Vinokourov, de casi 39 años, hizo buena su experiencia para darle un latigazo y marcharse directo hacia la llegada. El kazajo conseguía de esta forma alzar los brazos y colgarse la medalla de oro que cierra una carrera con altibajos por motivos de dopaje. Urán se hacía con la plata y por detrás llegaba el resto con el noruego Kristoff al frente consiguiendo el bronce. El mejor de los nuestros fue Luisle, 13º, seguido de Valverde 17º y Castroviejo, el 25ª. Ahora, a pensar en la prueba contrarreloj.