El campo de O Vao era un fortín hasta que llegó el Marino de Luanco. El cuadro asturiano rompió, de forma merecida, la racha de cinco victorias y dos empates que presentaba el Coruxo como local. En un partido repleto de grandes goles, el equipo de Quirós dominó durante casi todo el encuentro, pero acabó pidiendo la hora.

El dominio alterno en el juego de los primeros minutos lo dinamitó Espina en el minuto 25. En la segunda aproximación con peligro del equipo luanquín al área local, el mediapunta no desaprovechó un servicio raso al corazón del área de Pablo Hernández. Espina remató sin oposición y ajustado, haciendo inútil la estirada del portero Cristian.

La ventaja en el marcador asentó aún más al Marino. El Coruxo era incapaz de superar la presión rival en el mediocampo. Entre el minuto 33 y el 37, el conjunto asturiano tuvo dos buenas ocasiones para ampliar su ventaja. La primera de ellas fue un centro envenenado del lateral zurdo Guaya, que se estrelló en el larguero. En la segunda, Pablo Hernández no llegó por milímetros dentro del área pequeña a un servicio raso desde la banda derecha.

El Marino aumentó su renta en el minuto 40. El centrocampista gallego Adrián Cruz ejecutó de forma magistral un lanzamiento de falta en la frontal del área. Colocó el balón en la escuadra por el palo que defendía el portero Cristian, que se limitó a hacer la estatua.

El Coruxo estaba a la deriva, pero se iba a meter de nuevo en el partido gracias a un espectacular tanto, justo antes de pasar por los vestuarios. En el segundo minuto de la prolongación de la primera parte, Aitor Pastoriza recogió un rechace fuera del área y, sin pensárselo dos veces, conectó un tremendo lanzamiento con su pierna izquierda que se coló por la escuadra de la portería del Marino.

El Coruxo dio un paso al frente con los jugadores de refresco y se hizo con el dominio del juego. No obstante, la mejor oportunidad en los primeros minutos de la segunda parte la tuvo el Marino en el minuto 58, cuando Reguero buscó sorprender con un lanzamiento muy peligroso desde más de 30 metros.

La tarde iba de goles de bandera y el tercero del conjunto visitante fue una obra de arte de Reguero. El ariete del Marino remató con un taconazo inverosímil, en el primer palo, un pase desde la banda derecha de Pablo Hernández. Un tanto de muchos quilates que dejaba el encuentro prácticamente sentenciado.

Sin embargo, el Coruxo dio un arreón final con la entrada del defensa Alberto García ocupando la demarcación de delantero centro. El futbolista vigués recortó las diferencias en el marcador a tres minutos para el final, tras rematar libre de marca una falta lateral. El propio Alberto García tuvo el empate en la última acción del partido, pero optó por simular penalti en un mano a mano con el portero Rafa Ponzo.