Nuestras jugadoras en contra de Villar y de Quereda.

España regresa mañana de Canadá con la sensación de no haber ofrecido su mejor versión en el Mundial. La falta de un Plan B en determinados momentos de los partidos no hace más que evidenciar que por detrás hay una concatenación de errores y de vacíos que hace falta corregir para poder codearse con las grandes potencias.

1 Planificación insuficiente
España fue al Mundial con apenas cinco amistosos disputados, el último en el mes de abril. Cantidad insuficiente -más teniendo en cuenta el nivel de las selecciones a enfrentar (Austria, Bélgica, Nueva Zelanda, Irlanda)- en una cita de esta entidad.

2 Falta de aclimatación
España viajó a Canadá apenas cinco días antes de su debut. Fue la última selección en aterrizar en tierras norteamericanas. Dada la diferencia horaria y el cambio de condiciones climáticas entre ambos países, se presume un periodo insuficiente.

3 Seleccionador cuestionado
Ignacio Quereda lleva en el banquillo desde 1988. Demasiado tiempo en un mundo tan resultadista como el fútbol. La posibilidad de un relevo generacional español o la asesoría de una figura extranjera con experiencia pueden ser claves para la evolución de un grupo al que se puede sacar más partido.

4 Bajas en competición
Es injustificable que un miembro del cuerpo técnico, una figura tan importante como el segundo (Pedro López) tuviera que dejar Canadá tras el segundo partido para cumplir su función de seleccionador sub 17. El organigrama del fútbol femenino se queda cojo y es urgente ampliarlo en diferentes áreas para que se pueda trabajar en el progreso con garantías.

5 Autocomplacencia
El manido discurso de ir a un Mundial a vivir la experiencia caló en el vestuario más de lo que debería, ya que visto lo visto sobre el verde, España tenía equipo para más. Pasar a octavos era un objetivo exigible para un equipo que es consciente de que ha desaprovechado una gran oportunidad.

6 Promesas incumplidas
Las jugadoras viajaron a Canadá con el compromiso de la RFEF de percibir una serie de primas económicas por objetivos pero, una vez más, la promesa se quedó en palabras. Las condiciones que tienen (dietas de 40 euros diarios y un plus de 150 por partido jugado) son precarias comparadas con cualquiera de sus homólogos masculinos.

7 Suerte
El azar no depende de nadie, pero no ha estado de parte de las nuestras. Si se hubiera acertado con alguna de las 19 ocasiones generadas ante Costa Rica, si el palo de Irene en la prolongación ante Brasil hubiera acabado en gol o, por ejemplo, el zurdazo de Natalia ante Corea que hubiera supuesto el 2-0 al descanso, seguramente estaríamos hablando hoy de España en octavos de final del Mundial.