Nadal tira de experiencia y revive para pasar a octavos

Se medirá en octavos de final al francés mathieu.

El español sufrió problemas físicos a partir del tercer set en el codo y en las rodillas · Puso en escena un saque muy sólido y convincente, aunque encontró pocos huecos para hacer daño al servicio del rival.

Rafa Nadal se ha impuesto en un partido titánico de más de tres horas y media al alemán Petzschner en cinco sets (6-4, 4-6, 6-7, 6-2 y 6-3). El choque se puso muy cuesta arriba para el español que tiró de galones, experiencia y fuerza mental para superar a un rival muy del estilo de Wimbledon, pero que al final le faltó físico para poder con el número 1 del mundo.

SERVICIO
El mallorqín mostró un servicio muy sólido. De hecho, sólo concedió dos bolas de ruptura
El encuentro comenzó muy bien para el manacorí, que arrancó como a él le gusta, rompiendo el saque del rival a las primeras de cambio, lo que facilitó la labor en los primeros compases. Nadal se llevó el primer set asegurando simplemente su servicio, muy sólido durante todo el partido.

No en vano, consiguió un 81 % de primeros saques ganadores y un 61% de segundos. Además, su saque llegó a volar por encima de los 200 Km/h. Pero enfrente suya estaba la enorme figura del alemán Petzschner, un sacador que encaja perfectamente con la idiosincrasia de Wimbledon y que empezó jugando de forma muy agresiva manteniendo el nivel durante casi todo el partido.

Pese a que Rafa cerró el set de forma espectacular, con una gran volea y un ace, el bávaro no se salió del partido en ningún momento y aguantó las acometidas de Rafa durante la segunda manga en la que el número 1 del mundo dispuso de dos bolas de ruptura que se sumaron a las cuatro desperdiciadas en el primer parcial.

Petzschner remonta
El que no desaprovechó la ocasión fue el germano que con 4-5 a favor en el marcador sorprendió a Nadal y se llevó al gato al agua con un break en blanco. El alemán era inabordable para Rafa que no encontraba los huecos por los que hacer daño a su rival. En la siguiente manga, más de lo mismo, incluso la cosa empeoraba. Rafa pedía la asistencia del fisio por problemas en el codo.

Volvían los viejos fantasmas físicos y el alemán imponía su ley en un tie break que el español no supo jugar pese a conseguir un mini break nada más empezar. 2 sets a 1 abajo. Tocaba remontada, tiempo de proeza. Y Rafa se puso manos a la obra.


Al inicio del cuarto parcial, Nadal volvió a malgastar la enésima bola de break, pero Petzschner, número 41 del mundo y cabeza de serie número 33 en Londres, dio una lección de voleas y solventó la situación. No había forma de desarbolar su juego hasta que Nadal volvió a pedir la presencia del fisioterapeuta para tratar, en esta ocasión, el maltrecho estado de sus rodillas.

Ahí comenzó Nadal a tirar de experiencia. Ya no es aquel chico de 21 años que perdía la final de Wimbledon en el último set ante Federer cuando lo tenía todo a favor. Esta vez, Nadal ejerció de perro viejo y jugó con el juguete roto que ya era el alemán tras haberse chupado dos partidos de cinco sets para llegar a la tercera ronda.

Rafa se creció y comenzó su recital de passings, golpes imposibles y gritos de animo. Lo que quedaba ya era coser y cantar, y sobre todo no caer en despistes tontos. 6-2 y 6-3 en las dos últimas mangas. Ahora el que pedia la ayuda del médico era el teutón que estaba literalmente fundido e intentaba apurar sus opciones mediante el recurrente saque y volea en la hierba del All England Club.

Sin embargo, Nadal no se iba a dejar birlar una victoria cantada pero en peligro unos minutos antes. Ya sólo quedaba asegurar el saque y castigar al rival mediante golpes más planos. Y así hizo. En octavos espera el francés Mathieu que se ha impuesto al holandés De Bakker por tres sets a uno.