Gerrard nunca caminará solo.

Se despidio de Anfield ante el Crystal Palace.

Inglés centrocampista del Liverpool Steven Gerrard (R) celebra tras su partido de fútbol de la UEFA Europa League contra el Napoli en Anfield en Liverpool, noroeste de Inglaterra, el 4 de noviembre de 2010. Liverpool ganó 3-1. (Foto por Paul Ellis / AFP /

Imagen subida por: pedrito

Gerrard se despidió de Anfield. 17 años más tarde, el capitán 'red' disputó su último partido en su casa, ante su público, y cayó ante un Crystal Palace que no quiso ser el invitado de piedra (1-3). Pero el resultado fue lo de menos. Gerrard ganó su partido porque el homenaje fue de los que quedan para la historia.

Recorrió por última vez ese pasillo por el que tantas veces caminó. Bajó las escaleras y tocó el escudo, ese que recuerda a los protagonistas que no van a saltar a un campo de fútbol cualquiera. 'This is Anfield' y 'This is Gerrard', el capitán del Liverpool que vivió su último partido ante su gente, en su casa, teñida de rojo pasión más que nunca.

Poco importaba el partido. Quienes hoy habían pagado su entrada lo hicieron para ver a su capitán despedirse tras 17 temporadas. El Crystal Palace y Zaha hicieron que la fiesta no fuera completa. Al gol de Lallana le siguió uno de falta de Puncheon antes del descanso. Ya en la segunda mitad, Zaha marcó en fuera de juego el segundo y se inventó un penalti fuera del área que Murray aprovechó en el rechace del lanzamiento de los once metros.



Poco importó, decía, que el Liverpool perdiera. Quizá no merecía una despedida así 'Stevie', pero esto es fútbol y él lo sabe mejor que nadie. Así que el capitán se dejó todo como siempre, corrió cada balón como si fuera el último del que disfrutaría en Anfield. Y cuando el partido tocaba a su fin, Anfield se puso en pie. Los jugadores, uno por uno, dieron ánimos a Gerrard. En cada abrazo, el capitán soltó una lágrima. En cada aplauso, el capitán recordó cada uno de sus más de 500 partidos con la camiseta del club de su vida.



Un público entregado
Como no es amante de las despedidas, Gerrard quiso enfilar el túnel de vestuarios cuanto antes. Pero el público de Anfield tenía otros planes y el club le tenía preparada una despedida acorde a su trascendencia en el equipo de Merseyside. Nadie se movió de su asiento, nadie quiso que esta fuera una despedida más. Era el adiós a su capitán y así se lo hicieron saber. Permanecerion, bufandas en alto, a la espera de su regreso. Porque Gerrard nunca se irá mientras el recuerdo no se pierda. Y el suyo es imborrable. 'Stevie' ya nunca caminará solo. No lo permitirá Anfield.

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