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Deportivo 2-8 Real Madrid: Cristiano Ronaldo rompe su maleficio en Riazor

Chicharito Real Madrid

Imagen subida por: Squall

El Real Madrid llegaba a Galicia con la intención de disipar las dudas que se habían creado en torno a sus últimos resultados en la competición doméstica. Florentino Pérez necesitaba un buen aval con el que presentarse a la asamblea de socios compromisarios del domingo y sus jugadores no necesitaron más de cuarenta y cinco minutos para dárselo.

Tras un arranque en el que ambos equipos conseguían llegar con cierta facilidad a las cercanías del área rival pero sin convertir esas acciones ofensivas en fuego real que tuvieran que enfrentar los porteros, Gareth Bale era el primero en disponer de una ocasión clara para abrir el marcador. Se quedaba solo el galés frente a Lux tras un pase entre líneas de Benzema, que se mostraría muy activo durante todo el primer acto, pero el meta deportivista sacó una mano de oro frente a los pies del británico para evitar el primer tanto visitante.

Un gol que no tardaría en llegar más de un cuarto de hora. Cuando se rozaba la primera media hora de juego, Cristiano Ronaldo bajaría de las nubes un centro desde la derecha de Álvaro Arbeloa para colocar de cabeza el cuero en el fondo de las mallas. Después de unos primeros compases en los que ambos equipos jugaban de tú a tú, el Real Madrid le bajaba la tensión al Deportivo y al choque, jugando ahora con calma, desde atrás, buscando espacios que le permitieran volver a mover el marcador.

Lo conseguiría apenas siete minutos después con otro tanto para enmarcar, aunque de factura bien distinta al primero. James Rodríguez se inventaba un disparo medido desde la frontal del área a la escuadra contraria que Germán Lux no pudo enfrentar de ninguna manera. El partido se le ponía muy de cara a los visitantes, pero el recuerdo de Anoeta no permitía relajaciones y estas no llegarían antes del descanso. En el minuto cuarenta y uno, Germán Lux, ayudaría a la causa madridista.

El guardameta local salía cometiendo un error garrafal hasta prácticamente la mitad de campo del Deportivo para cortar un contragolpe cuando ya tenía a dos compañeros encargados de ello y derribó a Benzema que, lejos de limitarse a pedir la falta, sacó el balón para que Cristiano, desde muy lejos pero sin rival alguno por delante, pudiera empujar a placer el cuero hasta las mallas. Se llegaba así al descanso de un partido en el que el Real Madrid estaba siendo franco dominador, a pesar de dejar algunas carencias en la contención en la línea del centro del campo, que el Deportivo había superado con relativa comodidad cada vez que se lo había propuesto.

El segundo acto se iniciaba con un espejismo, como queriendo dar esperanzas a un Deportivo que no sabía lo que estaba por llegar. Corría el minuto 50 cuando Sergio Ramos tocaba con el brazo un balón dentro del área y Pérez Montero señalaba penalti. Medunjanin no sufriría para transformarlo, enviando el cuero a la izquierda mientras Casillas se lanzaba a la derecha.

La ilusión regresaba a las gradas de Riazor, que volvían a soñar con la machada. Un sueño de quince minutos. Y es que en el minuto 66, Gareth Bale hacía el cuarto gol visitante, volviendo a abrir la brecha tras un tramo en el que ambos equipos jugaban con profundidad, buscando hacer daño para decantar un partido que parecía de nuevo abierto a uno u otro lado de la balanza. El británico recibía una asistencia de Marcelo dentro del área y, con un disparo raso y cruzado volvía a batir a un Germán Lux que aún tendría mucho que sufrir en la última media hora de encuentro.

Once minutos después, el propio Bale se encargaría de certificar el sentido del choque por enésima vez recibiendo en esta ocasión un pase de Isco en velocidad, dentro del área y culminándolo con una impecable vaselina por encima del meta local. Ya con el partido roto, Cristiano Ronaldo querría volver a ser protagonista y firmar su hat-trick particular en un encuentro que, por su resultado, sería histórico. Lo haría recibiendo un pase de James en la frontal del área y disparando para volver a batir a un Lux desesperado. El Depor conseguiría maquillar ligeramente el marcador con un tanto de Toché de cabeza tras recibir un centro desde la banda derecha.

Parecía que el 2-6 era un resultado suficientemente amplio como para cerrar el encuentro, pero aún faltaría el doblete de Chicharito. El mexicano batiría en dos ocasiones desde fuera del área a Lux para cerrar el encuentro con el definitivo 2-8, máxima goleada de la historia del Real Madrid como visitante en liga y primera vez que los blancos conseguían anotar tantos goles a domicilio. Una forma insuperable de disipar dudas y reivindicar al vigente campeón de Europa como candidato a todo después de su dubitativo inicio de temporada.

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