La 'dulce transición' de la que hablaba Vicente del Bosque podría estar más próxima de lo que se esperaba, pudiendo producirse a todos los efectos ya en la Eurocopa de Francia.
Casillas ha dejado claro que le gustaría estar en esta cita independientemente de su papel y se podría ver abocado a uno secundario ante el crecimiento de De Gea.
A su llegada, el del Manchester United solo jugaba en los amistosos de menor transcendencia, pero algo cambió en las últimas citas de España. Y es que Del Bosque concedió a De Gea la titularidad en el duelo más complicado de los dos programados para este mes de marzo y cumplió con nota.
De hecho, fue el más destacado en el 1-1 contra Italia, que no acabó en derrota gracias a sus intervenciones.
Gran actuación ante Italia
Lo de destacar está siendo una constante desde que Del Bosque le hiciera debutar un 7 de junio de 2014 contra El Salvador en Washington. Entró en la primera lista oficial como tercer guardameta por el lesionado Víctor Valdés para el Mundial de Brasil y tardó poco en romper el dúo inseparable formado por Casillas y Pepe Reina desde la época de Luis Aragonés.
Ocupa desde hace dos años el rol de Reina y parece más cerca de lo que nunca estuvo Reina de desbancar de la portería al de Móstoles.
La historia recuerda a la vivida en la Euro de 2004, cuando el propio Casillas adelantó a Cañizares por la izquierda después de que éste último llevara años viviendo en la Selección a la sombra de Zubizarreta.
A favor de De Gea juega el hecho de competir en una liga mucho más exigente. Lleva varias temporadas en la Premier League, en un equipo que es siempre una de las apuestas a todos los títulos.
En cambio, Casillas huyó del Real Madrid hasta el FC Porto para quitarse el peso de la presión mediática sin que ello haya supuesto un retorno a su versión más acertada, cuando era considerado el mejor del mundo en su puesto.
Es más, para su desgracia, el ex madridista ha protagonizado más de una acción desafortunada en el campeonato luso.
No sería la primera vez que a De Gea le tocaría asumir la responsabilidad de ocupar el puesto de un mito. Desde que Schmeichel dejó de custodiar el arco del United varios intentaron hacer olvidar al danés, entre ellos Van der Saar, pero ninguno lo consiguió hasta que llegó el español.
Su asentamiento no ha sido fácil. Tuvo problemas de adaptación al principio y le costó algún que otro tirón de orejas de Ferguson. Y cuando todo parecía ir sobre ruedas, se cruzó en su camino Van Gaal para hacerle la vida imposible hasta que no le quedó más remedio que renovar.
