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El hombre de los récords en el Sevilla, Unai Emery, se enfrenta a su reto más duro y desesperado hasta la fecha, que no es otro que superar a su bestia negra desde que se sienta en los banquillos: el Barcelona. Hasta en 18 ocasiones, con cuatro clubes diferentes -Almería, Valencia, Spartak y Sevilla-, se ha medido el técnico vasco a los azulgrana. El balance es aterrador: ningún triunfo, cinco empates y trece derrotas. Unos números que llenarían de ansiedad y temor a cualquier preparador.
Sin embargo, Emery no se echa las manos a la cabeza. Es consciente de estos malos registros ante el Barcelona, aunque a su vez se consuela por haberse medido a un equipo que dominaba el panorama futbolístico mundial con mano de hierro. Su Valencia sí que puso en serios aprietos al Barcelona cuando jugaban en Mestalla, con empates que pudieron terminar en victoria para los de Unai.
Aquella forma de atacarle la espalda de Daniel Alves con el ahora barcelonista Mathieu, por ejemplo. Con el Sevilla también le ha exigido al Barcelona el mayor de sus esfuerzos.
El 1-4 en Nervión del pasado curso fue un poco engañoso, a la vez que en el partido de la primera vuelta de ese año en el Camp Nou sufrió el azote del arbitraje. Messi colocó el 3-2 en el tiempo añadido. Lo de esta temporada fue otro cantar: incontestable 5-1 y con la cabeza baja para casa.
La medida de los grandes
Una de las pocas críticas que quedan contra el actual entrenador del Sevilla por parte de sus propios aficionados es esa leyenda que cuenta que le dan ataques de técnico frente a los rivales más poderosos del campeonato. Le costó quitarse ese cartel tras un 4-0 en el Calderón al inicio del campeonato.
Los resultados fueron calmando el ambiente. El aficionado prefiere ver a su Sevilla en la mejor versión posible, sin que se toque una coma de lo que funciona. Aun así, Emery tiene bien estudiado al Barcelona y seguro que guarda un as debajo de la manga. Sabe que puede sorprenderle. Está convencido de ello. Y llega el partido en el mejor momento de su equipo.